Vladimir CLEMENTIS

Visto Por MAMBRU

De frente y De PERFIL

CUANDO Checoslovaquia era todavía un sueño juvenil el Dr. Masarick, Clementes ejercía la práctica de la ley en Eslovaquia. El imperio austro-húngaro prohibía los idiomas checos y eslovacos y originaba fuertes corrientes de nacionalismo popular. La idea nacional de Masarick seducía a gran parte de la juventud de la clase media.  El hundimiento del imperio austro-húngaro, operado en la morgue sinfónica de Versalles, origino el nacimiento de la moderna Checoslovaquia burguesa y liberal que arrastro su existencia hasta la segunda guerra mundial. El abogado Clementes, después de haber actuado en el movimiento intelectual de la juventud eslovaca, ingreso en 1935 al Partido Comunista y llego a ser en tal carácter miembro del Parlamento.  La anexión hitleriana barrio con la republica ateniense de Masarick y obligo a Clementes a empuñar el micrófono  de la B.B.C. en Londres y convertirse en comentarista “aliado”, desde 1943 a 1945.  En ese mismo año participaba como secretario de Estado para los asuntos extranjeros en el gobierno de coalición.  Pero ¡ay!, Son breves las coaliciones en este tiempo, cuyo rasgo dominante es la escisión.

El golpe de Estado de 1948, en Praga, que tira por la borda a los aliados burgueses (y que constituye una curiosa muestra de conspiración de palacio a la stalinista), otorga a Vladimir Clementes la suma de los poderes aparentes. Los episodios dramáticos de la guerra fría, los sucesivos procesos calcados en la escuela de Vishinsky, las depuraciones sangrientas, arrastran en su torbellino a fiscales y a acusadores. Como en todos los procesos stalinianos, que sobrevivirán sin duda a su inventor, mientras subsista el sistema burocrático que lo produjo a el mismo, estos procesos transforman al acusado en acusador, al fiscal en verdugo y a los participantes en ejecutados. Así concluye la biografía de Clementes, como concluye la biografía de Slanki. No habrá exorcismo judicial capaz de absolver a un régimen pseudos-socialista fundado en la expropiación política del proletariado.

Articulo publicado en el Diario El Laborista

Edición del 27 de Mayo de 1953

También te podría gustar...