El último Ramos

25/9/2004. por Alberto Methol Ferré

Ese fue un elemento esencial que termina siendo el más determinante de todos y al que sube todo el resto. Y me parece que el libro lo muestra con nitidez. En ese mismo prólogo también le otorga una importancia radical a un acontecimiento que entonces estaba apareciendo que es el MERCOSUR.

Para él en el MERCOSUR comenzaba una nueva historia fundamental para la unidad y la grandeza de nuestra América. Y ese núcleo básico que él acaba, o sea, MERCOSUR es el leit-motiv central en que él llega a decir “las caballerías insomnes de Bolívar tendrán que atravesar las aduanas”, pero dice también que “las aduanas, la apertura mutua, el proceso de integración, económica mutua, implica necesariamente -dice él en una parte- leo un poquito que dice: “lo económico está bien y es fundamental y es el punto de partida de esta nueva historia, pero sin el espíritu, sin una política de la cultura común, sin una concepción y un repensarla historia en común, sin asumir todas las dimensiones de la habilidad con el economicismo puro nos quedaremos empantanados”. Ese es el otro punto de su visión. O sea: que el MERCOSUR, que hoy está en marcha, sigue su marcha con conflictos hondos, que hubo y habrá, pero que está sin duda en expansión muestra que todavía no ha cumplido cantidad de requisitos fundamentales, para la extensión de la percepción final de Abelardo de que ahí se abría el camino histórico fundamental.

Y ese camino histórico fundamental está ligado al origen mismo del movimiento nacional y popular de América, de Argentina, con Perón. Diría yo, incluso, que en Perón formado de manera muy importante en el Ejército y conocedor del Ejército brasilero que era el General Sanove, en el año 45 que muere, hace un libro que se llama “A la juventud iberoamericana”, donde señala la estrategia fundamental del futuro de la unidad iberoamericana que es la alianza Brasil y Argentina. Y el que llevó realmente ese pensamiento a la realidad histórica fue Perón.

Perón es el primero que estratégicamente concibe, digamos, un camino político real para el latinoamericanismo, que el latinoamericanismo en el siglo XX había surgido con Rodó, con Ugarte, con una idea en forma muy intensa, pero no habían

señalado cuál era la ruta fundamental.

Porque la unidad de un proceso no se hace por cualquier camino y por cualquier reunión. Si yo uno España e Italia, Holanda y Suecia, no fundo ningún proceso serio de unidad europea. Si yo junto Uruguay, Ecuador y Chile, no pasa nada o pasa muy poco. Hay que saber cuál es el origen fundamental, el camino principal. Por el camino principal, podemos diferenciar lo principal, lo secundario, en el orden que sea.

Perón es el primero en ver con claridad la necesidad de plantear el camino principal. Y cuál es la alianza Brasil-Argentina. Él le llama en el año 51, cuando la propone, le llama “el núcleo básico de aglutinación”, dice: “para que haya unidad es necesario que parta desde un núcleo básico de aglutinación suficientemente consistente”. Y ¿ cuál es ese núcleo básico de unificación?, Argentina y Brasil. No lo explica ampliamente pero es obvio.

Es que Brasil es la mitad de América del Sur; América del Sur es lo principal de América Latina, lo principal absoluto de América Latina es América del Sur, la primera batalla por la unidad se hace en América del Sur y en ningún otro lado, y eso -dice-, es, Brasil es la mitad, ¿ cuál es la otra mitad de América del Sur? Nueve países: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Nueve países.

Entonces una mitad es uno, y otra mitad son nueve. ¿Cuál es lo que hace verosímil y potable un proceso estratégico de unificación?, ¿ cuál es el núcleo?, la alianza de la mitad que es Brasil con el principal país hispanoparlante de América del Sur que se llama Argentina. Ustedes son, aunque han actuado como que no lo supieron, y que recién están aprendiéndolo para angustia de muchos amigos de ustedes; durante años nos hemos encontrado amigos en Paraguay, en Bolivia, en Perú, en Chile y hemos dicho: “¿cuándo arranca la Argentina?”, porque si no arrancan ustedes no arranca ninguno de nosotros. Ese es el núcleo de unificación, y esa es la responsabilidad de ustedes. Y lo que Perón fija el punto estratégico central de la alianza fundamental desde la cual dice “inexorablemente se va a generar un proceso de unificación de América del Sur para terminar con los Estados Unidos de América del Sur”.

Lo dice ya en el 51, no en cualquier instante, en el arranque mismo de su política americana de conjunto con Vargas y con Ibáñez. Y en ese mismo instante en el año 49, aparecen dos obras muy importantes una es “América Latina: un país”; ese “América Latina: un país” es de Abelardo. Y Abelardo plantea, con una hondura que nunca se había planteado antes, la cuestión nacional de América Latina como conjunto, no plantea la estrategia de, como Perón no lo plantea, da por obvio pero no lo plantea abiertamente como el núcleo del futuro pensar conjunto que es la cuestión nacional de América del Sur y del conjunto de América Latina, que sin eso no podremos guiar ninguna política que nuestros países que surgen de la lucha de la independencia en integradores y fragmentadores, que ganaron los fragmentadores, que cada fragmento se sintió único, inseparable y autónomo de sí mismo, ignorando a su vecindad absolutamente y con sus ojos en el London-París.

Entonces, esos, desde el año 50 empiezan la reversión del movimiento histórico. Porque diría yo, en los años 900 se empieza ¿a qué? El replanteo intelectual de la unidad de América con Rodó, Ugarte, García Calderón, Blanco Fombona, la primera generación que antes de la Primera Guerra Mundial escribe 4 o 5 obras que son la primera visión contemporánea del conjunto de la historia de América Latina, son los primeros, nunca se había escrito desde América Latina una visión del conjunto de América Latina. La escriben los del 900 y los del 900 son los que movilizan ¿qué?: el estudiantado, el mundo universitario y del mundo universitario por la Reforma Universitaria de Córdoba va a surgir el primer movimiento social importante más allá de los intelectuales de dimensión latinoamericana.

Pero no alcanzaba con eso: viene la crisis del 29, que es por primera vez la exigencia radical de pasar a la construcción de la sociedad industrial. El desafío de la crisis del 29 era que nuestra dependencia de agro-exportadores o minero-exportadores de los centros industriales nos exigía el replanteo de generar una sociedad industrial. Y el primer tipo que lo hace nace del movimiento estudiantil de Córdoba que es Haya de la Torre. Y Haya plantea la consigna fundamental de los nacional-populismos o movimientos nacional-populares que sintetizo en tres conceptos: democracia–industrialización–integración. Es decir, la democracia necesita la industrialización, la industrialización necesita la integración, las tres se requieren mutuamente, pero la fundamental termina siendo la integración. Si intentamos democracia e industrialización en los veinte enanitos, no va a haber ni democracia en serio ni industrialización en serio. La integración, esa es la gran perspectiva que abre el mejor estudiante de la reforma de Córdoba que fue Haya, y en ese mundo nace Abelardo Ramos en los años 30. Y Abelardo escribe entonces “América Latina: un país”, recuerdo yo que cuando lo leí, ése fue el origen de mi amistad, yo era en mi país Herrerista, de Luis Alberto de Herrera.

O sea éramos neutralistas en la Segunda Guerra Mundial, era cuando hubo Pearl Harbor, Herrera dijo: “allá los rubios y los amarillos del norte, es un festín de leones, nosotros no tenemos nada que hacer allí.” Entonces Herrera fue neutralista y cuando surge en Octubre el gran movimiento popular argentino con la clase obrera, con Perón, etc, etc, Herrera es el único uruguayo que lo apoya radicalmente; éramos rarísimos, éramos unos raros exóticos, éramos hispanoamericanistas, en forma difusa, teníamos una solidaridad difusa con el libro, el título del libro, los títulos son básicos: “América Latina: Un país.”, yo tenía un amor hacia una nube latinoamericana, amor y solidaridad, “América Latina: Un país” me precipitó todo… todo, y ese es el fundamento de la amistad entrañable que durante todo el resto de la vida tuve con Jorge. Un país, o sea una Nación. Y vino toda una historia en que se empieza a conjugar recién ahora a 10 años de la muerte de Abelardo, se empieza a conjugar la idea de la cuestión nacional, de la unidad nacional de lo principal de América Latina que es América del Sur, y que es la condición de toda industrialización y democratización autosustentable, no parodias o cosas frágiles que sucumben al primer soplo. Entonces en esos años 90, Abelardo apoya al movimiento nacional y popular como lo había apoyado siempre. El no apoya a Menem, el apoya al movimiento nacional y popular, del que en ese momento tomaba el rostro de Menem y que Menem hizo un aporte extraordinario que yo lo apoyé y que fue el MERCOSUR.

El MERCOSUR es la piedra fundamental que Perón no pudo poner y que la puso Menem (algunos aplausos). Yo no aplaudo, porque yo terminé contra Menem (aplausos). Pero la historia es compleja, la política es compleja, los hombres son complejos y hay que evaluarlos en todo su conjunto. Entonces para mí, como para Abelardo también, el MERCOSUR fue lo más importante, a pesar de todo lo otro. Y diría yo, para que el asunto esté claro, que en “la Nación inconclusa”, el último libro, que se le editó en Abril del 94, en el año que muere, y que entró y que se entregó en el año 93, a fines, es decir es un libro recopilado y editado a fines del 93, Abelardo no menciona ni una sola vez a Menem. Ni una sola vez.

lo votó a Menem por añadidura, como yo lo apoyé por añadidura, porque yo lo apoyé por el MERCOSUR. En el Uruguay sabían que yo apoyaba a Menem porque apoyaba el movimiento nacional y popular argentino y Menem representaba en ese momento eso, no otra cosa, eso. Eso en un instante que Ramos en los años 80 escribía, y está acá, “la crisis profunda de los movimientos nacionales y populares en América Latina entera en la apertura de los años 80”, de manera que estamos intentando salir de una época oscura para todos los movimientos nacionales y populares y sé que del movimiento nacional y popular surgió un hombre pero eso no agota el movimiento nacional y popular como es lo que siguió y que nosotros estamos en eso, y no en otra cosa, y aplaudimos a Menem en lo que había que aplaudirlo y hoy lo vuelvo a aplaudir por el MERCOSUR, y por nada más. Ahí está la cosa. Pero puso lo más importante, lo que ponía en marcha todo, ¿a pesar suyo? Será a pesar suyo. Pero no es casualidad que fuera del movimiento nacional y popular peronista que fue el que plantó la concepción de la estrategia fundamental. Eso no le pertenece a él, le pertenece a Perón.

Entonces, diríamos, me parece que Abelardo, cuando se incorpora no hace más que superar la etapa de la apoyo crítico pensando en una solución de izquierda sola, etc, etc. más allá de la conjunción de un movimiento nacional y popular o sea de una unión de clases para lograr un movimiento de liberación y unificación latinoamericano. Entonces percibe también, percibe N° 1: la crisis insuperada hasta hoy de la URSS, o sea la crisis mundial de la izquierda mundial, el mundo entero, toda la izquierda estaba obligada a repensarse. Toda, hacer muy poco esfuerzo en pensarse. Abelardo en el año 86, respecto de la izquierda y de la URSS, decía, en el año 86, que ya estaba Antropof y Gorbachov, dice en un artículo memorable -que es reflexión, la última que él hizo sobre la izquierda aquí y en el mundo, y que es indispensable ver-, él escribe un artículo con el título “Marx con pulgas y sin dragones”, porque Marx había escrito una frase intitulada “sembré dragones y coseché pulgas”. Y en ese instante las pulgas de la izquierda eran asfixiantes, entonces escribe Ramos que “en aquellos países del área socialista que algunos llaman “el socialismo real” reina una doctrina universalizada que sólo actualiza el secretario general de acuerdo a las necesidades del estado. Esta doctrina, traída y llevada un millón de veces, se ha divorciado de la vida y cree ésta con una feligresía unánime y escéptica”. O sea que explicaba que el suicidio y autoderrumbe sin un muerto de la revolución de octubre. Muy seria la cosa. El Zar tuvo tres años de guerra civil. En el 89 no hubo ni un muerto en Rusia para defender Octubre, porque Octubre estaba infinitamente lejos. “La doctrina marxista en tales estados tiene tanto que ver con Marx como la pornografía con el amor.” Eso decía en el año 86 el amigo Abelardo, no opino de cuando su último libro, la URSS acababa de desaparecer, y se erigiera el poder inmenso del neoliberalismo con el mundo unipolar de Estados Unidos.

Y entonces viene una ola liberal muy grande, que lamentablemente arrastra a Menem, y a innumerables otros, a Cardoso, al que yo respeté mucho siempre y lo respeto; autor del célebre libro sobre la dependencia del año 67-68, best-seller absoluto, que termina haciendo una política neoliberal interna, como Menem, no tan exagerada. Esa es la cosa. Y entonces ahora esa ola neoliberal ha terminado. El último Ramos vivió el apogeo, nacimiento del apogeo de los años 90 del poder de los EEUU como único imperio mundial imponiendo los ritmos de la historia a todos, pero estamos a 10 años, hoy ya no es así, los EEUU han logrado en los últimos dos años, convertirse en terroristas convertidos por Bin Laden, y hacen un terrorismo multiplicado al de Bin Laden, con una capacidad de terror infinitamente más amplia, como lo están demostrando en Irak para escándalo mundial. Y eso tiene una importancia inmensa porque es simultáneo al movimiento sísmico mundial que está haciendo emerger nuevas potencias continentales. Esto es un concepto que… bueno, no hablo del él porque sería largo, pero es la China, es un gran poder que va a emerger, una potencia mundial con un crecimiento que hoy es ostensible y que en el 94 todavía estábamos lejos del momento actual porque el ritmo de China es asombroso.

En el fondo, en mi opinión, la China contemporánea guiada por el Partido Comunista, sabiamente en el fondo no es más el partido comunista de Liotipan, es el Kuomingtang, por dentro les ha ganado, Sun Yat Sen es el verdadero teórico de lo que hace la China contemporánea. Y saben que Sun Yat Sen fundó un movimiento, el Kuomingtang, y el Kuomingtang en castellano es “movimiento popular y nacional”.

De eso aprendió Haya de la Torre. Que lo dice expresamente: “me interesó más Sun Yat Sen que Lenin”. Digo, para pensar y repensar las cosas que tenemos que pensar. Entonces, China, la India y China dicen Japón ante las movilizacion, oriente adquiere una independencia, que recién ahora, con gran espíritu, lo dice, y sutileza, se va a convertir en una potencia nacional propia. Se nos escapa de las manos. Japón, la Unión Europea sigue su camino unificador, donde el 14 de julio el ejército francés recordando la toma de la Bastilla, en desfile militar atravesó por abajo del Arco del Triunfo, encabezado por un general alemán, como símbolo de la nueva unidad europea. Del núcleo básico de aglutinación que son Alemania y Francia para la Unión Europea como para nosotros es Argentina y Brasil.

Bueno, podría continuar mucho… Yo siento que Abelardo estaría hoy muy contento, porque -diría yo- la constelación de los astros nos es favorable, después del abismo del año 2000 al 2003, estamos repensando y todos los indicios, el acuerdo entre la comunidad andina, y el MERCOSUR, el ensamble del MERCOSUR con los países de la OMC, que protestan contra el proteccionismo de las potencias centrales, etc, etc, nos muestran que hay una constelación que se mueve a favor en su conjunto por primera vez, y Abelardo en el año 93 sentía, y dice: “ahora hay nuevos síntomas que llevan al espíritu nuevamente, empiezan conferencias iberoamericanas”, porque antes era solamente el panamericanismo, después del 90 empiezan reuniones de los sudamericanos, y latinoamericanos ¡con países europeos, y con España y Portugal; una cosa insólita! Y dice: “y con el grupo de Río empiezan a juntárselos fundando una OEA, sin un asunto informal y temeroso, todos los presidentes de América Latina se juntan regularmente en ésta última década y pico. Insólito. No había ocurrido nunca, y es lo más simple. Entonces yo con esto, quiero decir, Perón y Abelardo dos de los grandes amigos que hemos tenido los hermanos de la América del Sur están en un camino de victorias; si el 2000 no nos encontró unidos o dominados sino a mitad de camino, es posible que en el 2010 o 15 estemos juntos. Nada más.” 



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