UN NUEVO PUNTO DE FRICCION

Surge una Nueva Amenaza de Guerra a Través de los “Países de Arena”

Por Victor Almagro

II[1]

            EXCLUSIVO

PARIS. (Especial). — Casablanca es una ciudad europea y más aun, una ciudad norteamericana.  Rascacielos, amplias avenidas, gran confort en las casas residenciales, grandes espectáculos, cabarets con las más populares vedettes de Europa, grandes diarios impresos en buen papel… en francés e inglés. La colonia norteamericana llega a millares de personas entre civiles y militares. Ellos constituyen la “élite” y dan el tono a la ciudad. Pero no se trata sólo de Casablanca. La influencia norteamericana en todo el Marruecos llegó a perturbar la economía francesa, provocando la caída del franco por la competencia de productos americanos. Incluso la inestable situación social amenaza mayores perturbaciones gracias a las diferencias de salarios que pagan unos y otros. La colonia americana ha creado sus propias casas, sus propios restaurantes, clubes y cinematógrafos en Casablanca, Rabat, Meknés, Port-Lyautey, etc.  Los incidentes jurídicos, las interferencias administrativas y las perturbaciones económicas, resolvieron al gobierno de Francia cambiar el sistema de protestas a Washington por una actitud más concreta: cortar la libre importación.

Este lenguaje resulta demasiado severo para los hábitos norteamericanos. Con armas y bagajes el gobierno de Washington se presentó a la Corte de La Haya para reivindicar sus derechos en Marruecos. El juicio se debate con toda la prosopopeya tradicional y los representantes alegan que la medida contra la libre importación viola un tratado norteamericano-marroquí de 1836 y el Acta de Algeciras. Por su parte el defensor de los intereses franceses contesta que “si la tesis de Estados Unidos sobre Marruecos fuera exacta, el continente americano sería aun posesión de España y Portugal”.

 Así Estados Unidos se presenta como el campeón del libre cambio “para los otros”. Mientras cierra cada día un nuevo dique de su aduana incluso para sus aliados más cercanos como Francia e Inglaterra que sucumben por falta de dólares, reclama indignado por las trabas a su comercio.

Pero la razón fundamental de la disputa reside en la desconfianza creciente entre los aliados. Las declaraciones de Eisenhower sobre el “derrumbe moral de Francia” la estrategia del informe Fechteler, los coqueteos de Estados Unidos con el pueblo árabe, son todos síntomas que no pasan inadvertidos en Francia.  El “Saturday Evening Post”,  por su parte, escribe: “Lo que los franceses piden en el fondo, a cambio de las importantes concesiones  militares que han hecho a los Estados Unidos, es que los norteamericanos apoyen su política en Marruecos. Ellos lo piden de dos maneras. Primero que los americanos reconozcan el hecho de que el Marruecos moderno es una creación francesa. Y luego insisten en que si estallan levantamientos en Marruecos, Estados Unidos debe sostener a su aliado francés en nombre de la seguridad de las bases. Sin embargo, Estados Unidos arriesgaría alienarse la amistad del Islam. Cuando Francia nos pide apoyar su política, el precio es muy elevado. “A menos que nosotros sostengamos las aspiraciones legítimas del pueblo musulmán —y aquí el “Washington Post” cita a Eisenhower— yo no veo como nosotros podemos mantenernos en nuestra doctrina de que no queremos dominar a nadie”. La revista yanqui continúa: “a través de estos países de arena —ayer en Irán hoy en Túnez, mañana en Marruecos— otra clase de guerra amenaza prepararse entre Oriente y Occidente. Frente a esta guerra no sabernos de qué lado nos encontraremos”.

Estas declaraciones tan claras para el tambaleante imperio francés, no son precisamente un estimulo frente a su aliado norteamericano. La protesta por la agresiva ingerencia yanqui ya llega demasiado tarde. Estados Unidos está dispuesto a mantener su hegemonía desplazando, si es necesario, a los imperios tradicionales.

Artículo publicado en el diario Democracia

Edición del  Viernes 5 de Septiembre de 1952 Pág. 1


[1] Falta la primera parte del artículo seguramente publicada en la edición del jueves 4 de Septiembre de 1952 .

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