ESTADOS UNIDOS NO ESCUCHA

Hay Oídos, pero no para Francia, al Otro Lado del Atlántico

Por Victor Almagro

EXCLUSIVO

PARIS. — La crisis europea ha adquirido contornos más espectaculares en Francia, por la permanente hemorragia de hombres y dinero que cuesta la interminable guerra contra el pueblo de Indochina. El presupuesto militar es una de las brechas más difíciles de cubrir de la crisis económica. En las conferencias internacionales Francia enarbola su presupuesto militar buscando la comprensión de las naciones alemanas. Y todas la comprenden. Así se reconoció en la última reunión de Lisboa, a pesar de lo cual aun no ha obtenido la ayuda económica o el empréstito norteamericano que solicita a gritos.

 Christian Pineau, presidente de la subcomisión encargada de controlar en forma permanente el empleo de los créditos militares, lo ha declarado sin rodeos. Su vieja experiencia socialista le ha endurecido lo suficiente la piel.

El presupuesto militar votado en Francia alcanza prácticamente a un billón y medio de francos, pero gran parte de esta suma es absorbida por las tropas de ultramar, que tienen urgencia, inmediata de refuerzos, para sostener la guerra en Indochina y mantenerse en África del Norte. Cuatrocientos mil millones cuesta la guerra colonial, 35.000.000.000 el ejército colonial, cinco mil millones para la defensa pasiva y 130.000.000.000 para investigaciones relacionadas con la bomba atómica, cohetes, etc., además de las exiguas pensiones militares.

El resto está dedicado al ejército metropolitano, pero estos 830.000.000.000 apenas alcanzan para mantener los efectivos actuales que llegan a 385.000 hombres. El nivel económico de las tropas es inferior a la mayor parte de los ejércitos aliados y no es posible imaginar una disminución de la prima de alimentación. Pero los compromisos contraídos con las otras potencias occidentales preocupan al gobierno francés que escucha los informes de las subcomisiones sin sorpresa. ¡Nadie conoce mejor que ellos la hipoteca del país!

Hasta ahora los aliados han entregado a Francia 360.000 toneladas de material sin cargo, pero las necesidades de modernización del ejército requieren según los entendidos y las exigencias de los compromisos firmados, unos 300.000.000.000 de francos suplementarios.

Una de las más optimistas esperanzas del gobierno son las operaciones llamadas “off-shore” y por los que el gobierno norteamericano haría los pedidos para el ejército francés a las fábricas del país, pagando en dólares. Esta “generosa” operación aseguraría una ganancia doble a la burguesía gobernante y permitiría armar las tropas necesarias para las divisiones del ejército europeo además de reforzar las fuerzas americanas. Naturalmente, que las posteriores consecuencias económicas y políticas de este negocio no son discutidas a fondo. Lo importante es sobrevivir y esta vieja potencia colonialista se coloca conscientemente en el último furgón yanqui con la esperanza absurda de mantener sus privilegios. Sin embargo, aun no está dilucidado el volumen del los pedidos norteamericanos que por ahora se calculan alrededor de 170 mil millones de francos. ¡Y esto no alcanza todavía! Las súplicas del señor Christian Pineau, por un empréstito no son escuchadas del otro lado del Atlántico.

Articulo publicado en el Diario Democracia

Edición del viernes 18 de julio de 1952 (Pág. 1)

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