EL PRIMER GOBIERNO NEGRO

El Imperialismo Inglés Maniata al Gobierno de la Costa de Oro

Por Victor Almagro

EXCLUSIVO

        PARIS.- (Especial).- Los políticos británicos sacan provecho de su debilidad, como en otros tiempos lograron ventajas de su de su fuerza.  En algunas colonias inglesas, la diplomacia ha substituido a la ocupación militar, obtenido compromisos políticos con los partidos moderados o cristalizado un acuerdo imbuido del sentido común del Imperio; independencia política y subordinación económica.  Con sus costas atlánticas y una gran zona enraizada en el continente africano, la Costa de Oro ha sido hasta ahora una rica colonia, que proporciona oro y cacao a los hábiles comerciantes británicos.  La evolución económica del mundo colonial derivada de la crisis mundial del imperialismo, ha desarrollado algunas industrias ligeras, en la Costa de oro como en todas las demás.  Este hecho se ha expresado por la intervención de una clase trabajadora, cuya importancia creciente en la vida de la colonia, se hizo sentir en los últimos años.  El nacionalismo tradicional de la Costa de Oro había sido obra de las viejas familias terratenientes, entrelazadas con el Imperio por mil hilos y cuya moderación volvía innocuos su programa y su acción.

            Es con Nkrumah que el movimiento de la clase media indígena logra arrastrar a vastas masas trabajadoras en una poderosa tentativa de obtener la autodeterminación de la colonia.  La aparición en la arena política del Partido de la Convención del Pueblo, marca la era moderna de la Costa de oro.

            De la cárcel al gobierno

            Nkrumah es un político educado en la escuela democrática occidental.  En las condiciones sociales de la Costa de Oro ese bagaje es liviano, pero en todo caso significa el primer paso.  El dirigente del Partido de la Convención fue encarcelado en 1948, al retornar de Londres, después de una manifestación de ex soldados ante la residencia del alto comisionado británico.  Su ruptura con el viejo nacionalismo aristocrático lo llevó a fundar el Partido de la Convención, que rápidamente ganó el favor popular. Dicho partido posee 1.500 secciones extendidas en toda la colonia.  Su estrategia ha sido definida por su máximo dirigente en tres puntos: 1º Una acción política democrática; 2º Campañas de educación y 3º Como último recurso, huelgas; acciones de “boycott” y de no cooperación, fundadas en el principio de la no violencia.

            El movimiento nacionalista de Nkrumah ha dedicado una particular atención a la creación de escuelas, de sindicatos y de cooperativas.

            Su consigna “todo el poder ahora”, coincidió con el estallido de una huelga general en 1950 que condujo nuevamente a Nkrumah a la prisión.  A pesar de que la realidad colonial imponía estos métodos, bastante alejados del código de la no violencia, Nkrumah declara solemnemente su adhesión a los principios de Rousseau y de Thomas  Paine.  No es el único caso de que las fórmulas teóricas esconden substancias sociales explosivas.

            Concluido el período de las manifestaciones de masa, el gobierno imperial decidió otorgar ciertas concesiones a la colonia, dando iguales derechos electorales a los europeos y a los africanos.  En esta nueva política británica, el Imperio se reserva el derecho de designar en el gobierno de la Costa de Oro tres ministros: de la Defensa, de Finanzas y de Asuntos Extranjeros.  El gobernador británico residente dispone del derecho de veto.  En amplia medida, el Imperio maniata al gobierno de la Costa de oro por los cuatro costados.

            Las recientes elecciones llevaron a Nkrumah  de la cárcel a la presidencia del gobierno.  Un gabinete negro está hoy a la cabeza de la colonia y si desde cierto punto de vista este hecho indica la debilidad de la dirección nacionalista a los Gandhi, desde otro ángulo inaugura una fértil experiencia política para la clase trabajadora africana. El proceso no termina aquí.

Articulo publicado en el diario Democracia

Edición del Miércoles 14 de Mayo de 1952 (Pág. 1)

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