Entrevista de la Patria Grande

Fecha: 1994 | Autor: Jorge Abelardo Ramos / Periódico La Patria Grande
La rosca tradicional -oligarquía y partidocracia- enfrenta a Menem
Entrevista a Jorge Abelardo Ramos

Nuestro periódico ha entrevistado a Jorge Abelardo Ramos, que hasta hace poco tiempo se desempeñaba como Embajador argentino en la República de México. Nuestros interrogantes acerca de la curiosa política argentina han recibido las respuestas que el lector juzgará en las líneas siguientes.

LPG: Sabemos que se está “ambientando”, después de más de dos años en México. En dicho lapso se ha derrumbado el sistema soviético y también parece haber perdido el rumbo la gran potencia norteamericana, que se ha quedado sin enemigo “satánico”. ¿Cómo ve Ud. Estos cambios mundiales tan notables?


JAR: La humanidad no ha terminado de asimilar los cambios a que Ud. Se refiere. Se requerirá un enérgico esfuerzo intelectual y moral para sacar todas las conclusiones de la catástrofe del stalinismo y del resurgimiento de las nacionalidades de la ex Unión Soviética, así como la cuestión nacional renaciente en el oriente europeo. Estoy muy lejos de creer que se trata de meros “fanatismos”, o de reyertas “étnicas” primitivas, como lo deja creer la prensa internacional. En tales regiones hay una cuestión nacional que no logro resolver ni la burocracia stalinista ni le imperialismo occidental. Esos pueblos, desde Alma Ata, en la frontera china hasta el Cáucaso y el Mar Negro, para no hablar de los Balcanes, aspiran a configurar en su propio Estado Nacional su individualidad cultural, lingüística y religiosa. De allí saldrán seguramente muchos Estados pequeños, económicamente inviables. Pero, nadie tiene derecho a señalar a tártaros, bosnios, croatas o armenios cual es la vida que deben vivir. Ante todo la autodeterminación nacional. En la ex URSS, la realización de tal objetivo requiere el derecho a separarse.

¿Y en América Latina?


Entre nosotros, por el contrario, para conquistar la autodeterminación nacional debemos ejercer el derecho a unirnos.

Nuestras Repúblicas deben reunirse en Nación para desplegar su formidable fuerza dormida o sofocada. El retorno a San Martín y Bolívar ha dejado de ser una flor retórica. Con o sin ideología, aún con el eclipse de la memoria histórica, ese gran objetivo de la Revolución de Mayo se ha puesto en marcha, mas allá de los gobiernos que lo mueven. El ejemplo más notable e inmediato es el MERCOSUR.

Se le enfoca, por lo general, como un Mercado Común, de simples objetivos económicos.


Es un error, diría natural, si es que nuestra fragmentación no fuera un acto contra natura. A veces la conciencia del suceder histórico marcha adelante. Es la idea sin la realidad. Otras, y este es el caso, la realidad se despliega sin la idea. Es preciso unir ambas cosas. La reciente iniciativa del Presidente Paz Zamora, de Bolivia, para incorporar al país hermano al Mercosur, es una gran noticia.

¿Qué significado le atribuye?


Significa, nada menos, que con Bolivia en el MERCOSUR, los pueblos de América del Sur reconstruyen los límites territoriales que encontró al nacer la Revolución de Mayo, heredados del Virreynato del Río de la Plata: Provincias Unidas, (luego Confederación Argentina), la Banda Oriental, Paraguay, las Provincias altoperuanas y además el inmenso Brasil. No solo se pone término a un enfrentamiento suicida y estéril entre Brasil y la Argentina y se lleva a cabo el plan fraternal del General Perón, de Gertulio Vargas y el General Ibañez. Basta reflexionar un momento sobre los efectos de la unión en un mercado común de nuestros pueblos en un bloque gigantesco. Sin fronteras, bilingüe, sin papeles que se opongan al desplazamiento y la radicación de gentes, bienes y servicios, el MERCOSUR va a homogeneizar normas jurídicas, administrativas y educativas. Así se verificará una lectura crítica de las historias legendarias mal nacidas del antiguo destino parroquial separadas. Mida usted en todo su alcance el ensanchamiento de la capacidad autónoma de esta gran fuerza fraterna entre la constelación de los Estados Astros. Se abren posibilidades sin cuento a la creación económica y cultural de 200 millones de habitantes. Y esto es solo el comienzo. Después, sin duda, se incorporará a la hermandad la República de Chile, y será de interés común que lo hagan, los restantes países del pacto Andino. Quizás no esté lejano el día que volvamos a reunirnos en otro Congreso Anfictiónico en el corazón de la América Criolla, donde Bolívar convocó en 1826 a las colonias emancipadas de toda tutela extranjera. El contenido real del MERCOSUR ha sido ignorado por la prensa. ¿Pero qué se puede esperar del sistema de comunicaciones que aflije nuestro país?

Esto nos lleva a otro tema. ¿Qué diferencias observa entre los medios de la Argentina y los de México?


Causa asombro al llegar a la Argentina recibir en cascada una campaña global contra el presidente Menem. Sea la radio o la televisión, las revistas o la mayor parte de los diarios y hasta hojas de humor escatológico de carácter impublicables, el presidente es sometido a una infamación cotidiana de caracteres asombrosos. El fuego se centra en su persona, sus hábitos gastronómicos, o deportivos, tanto como en su política, su orientación económica siempre bajo sospecha, su indumentaria o sus amigos cercanos o lejanos. El propósito difamatorio es evidente y recuerda a la campaña implacable que desató el mismo sistema periodístico y partidocrático (aunque sin TV ni radio) contra el Presidente Hipólito Yrigoyen, preparando su derrocamiento en 1930. El mismo estilo, a veces los mismos intereses, siempre corrompidos, que luchan contra la corrupción hasta que cae el Presidente Vargas, que terminó por suicidarse en el Real Palacio presidencial de Río de Janeiro en 1954, y así fue la campaña contra el Presidente boliviano, el Coronel Germán Bosch, que también se suicidó en su despacho en 1939. Por intereses semejantes y con una prensa análoga asimismo puso término a su vida el Presidente Balcmaceda, en Chile en 1891.

¿ Y como vió el panorama de los medios en México?


Algunos sostienen que todo el sistema informativo de México, de modo directo o indirecto, recibe la influencia insinuante del gobierno mexicano. A mi no me consta. Lo que sí resulta evidente, que a pesar de las críticas diversas que recibe el gobierno del país hermano, la persono del Presidente de la República es universalmente respetada. Es que en México, como debe ser, la investidura presidencial no es propiedad privada del Presidente, sino la encarnación personal de una voluntad colectiva. Es la mayoría del pueblo la que ha depositado su soberanía durante un período determinado de tiempo en el Presidente elegido. Aquí no.

¿ A qué atribuye Ud. Esta diferencia?


Por un lado a que México tuvo en el pasado una revolución mientras que los argentinos han tenido una contrarrevolución en 1955. Además que los medios en México responden a los intereses nacionales de ese país. En cambio en la Argentina todos los medios de expresión son independientes del gobierno porque dependen de una persona, o una familia y en algunos casos, de los servicios de inteligencia de un Estado extranjero, una verdadera curiosidad en materia periodística. Así lo que se llama con comicidad involuntaria, opinión pública es la opinión, dictada por intereses o pasiones, de 15 o 20 personas, a razón de un accionista mayoritario por medio. A esto se llama libertad de prensa. Es una burla descarada al pueblo argentino. El mayor poder de esta prensa “de familia” es el poder de omitir. Sólo publican lo que les interesa publicar a esas personas. Es la única censura que rige en la Argentina: la censura de prensa. Tienen una varita mágica respecto a la historia del mundo actual: lo trascendente lo transforman en insignificante o lo silencian; y lo insignificante lo trocan en noticia de primera página.

¿ Qué sentido tiene, a su juicio, esta campaña contra el Presidente?


Quieren impedir su reelección, si es que no pueden hacerle un juicio político y desembarazarse de Menem ahora mismo. En realidad, hasta los empresarios norteamericanos, según Toledo, no está de acuerdo con la Reforma de la Constitución. Tanto la rosca nacional como extranjera, juzgan que Menem ya ha cumplido su misión y debe irse. Están de acuerdo con la desregulación, con la apertura y las privatizaciones, pero no con el Presidente.

¿Y cuál sería la razón de esta resistencia?


Pues que Menem es el último lazo histórico que permanece entre la época aguerrida y constructora del Coronel Perón y esta República empobrecida que recibe Menem en 1989 de manos del último socio de la Revolución Libertadora. De 1955 a hoy, los democráticos, de izquierda a derecha quebraron a la Argentina. Ningún acto milagroso puede devolverle su lozanía sin una Revolución Nacional. Pero de todos Menem es la personificación de millones de votos peronistas. Actúa a la defensiva, en un cuadro mundial y nacional desfavorable. La rosca cree llegado el momento de establecer un gobierno “serio”.


¿ Y cuál sería ese gobierno serio?


Le daré un ejemplo sacado de nuestra historia contemporánea. En la década del 30, caído Yrigoyen, el antipersonalismo radical, enemigo de caudillo, selló una alianza con los conservadores que llevó al poder al General Justo. En nuestros días, un gobierno compatible, por ejemplo, entre Bordón y Roberto Alemann, sería satisfactorio para el desguace final del Estado y el nacimiento de un Estado antisocial implacable al estilo del soñado por Herbert Spencer. Un régimen sin Menem, sin la actual presión impositiva, sin sindicatos ni controles, tal sería el objeto ideal a alcanzar. No hay ninguna novedad en todo esto: ya lo hicieron en 1955 y en 1976. Ahora quieren repetir, con otras armas, la misma tramoya. No les va a resultar fácil.

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