La crisis del capitalismo, el colapso soviético y un camino propio para la América Latina

Fecha: Junio 1993 | Autor: Jorge Abelardo Ramos

Esta es la síntesis de la intervención de Jorge Abelardo Ramos durante una reunión celebrada en Córdoba en Junio de 1993 , en la que el Movimiento Patriótico de Liberación, que el encabezara, analizaba la cambiante realidad de la época. Publicado como Cuaderno de la Patria Grande en febrero de 1994.

SI EL CAPITALISMO ESTA EN CRISIS, SI EL SISTEMA SOVIETICO HA ENTRADO EN UN COLAPSO MORTAL, SI EL PERONISMO ESTA CAMBIANDO Y EL RADICALISMO ES UN CADÁVER, Y SI, ADEMÁS, LAS IZQUIERDAS PORTUARIAS YA NO TIENEN NADA QUE DECIR : ¿QUÉ DEBEMOS HACER?

UN ESBOZO DE RESPUESTA
Cuando alguien formula una opinión política, así sean personajes equívocos al servicio de los intereses extranjeros o de algunas empresas, del tipo de Neustadt o de Grondona, o se hojean algunos de los órganos de la gran prensa comercial, enmascarada de “prensa independiente”, tales opiniones no flotan en el vacío histórico, no han aparecido por puro azar. Tras un juicio de valor, siempre hay un interés material, directo o indirecto. Tampoco el país vive al margen de los acontecimientos mundiales. El colapso del sistema soviético y la crisis que recorre el régimen capitalista, proporcionan un abundante material para la reflexión política en este fin de siglo.
Lo primero que salta a los ojos en el panorama actual es la profunda ola de pesimismo cultural e histórico que se advierte en los grandes centros del poder mundial y que irradia a los países del Tercer Mundo. Este euroescepticismo , cuyas razones explicaremos mas adelante, carece de justificación en América Latina. Nuestra gran frustración histórica (la fragmentación en veinte repúblicas impotentes, la miseria crónica, los mal pagados trabajadores urbanos o agrarios, los indígenas o niños abandonados o moribundos, la interminable lacra de la deuda financiera) imprimen, por el contrario, a la iniciativa política y a la voluntad de transformación social una fuerza y un optimismo irresistibles. No tenemos otro camino. Estamos empujados por la historia a seguirlo. Al resistir la ola de pesimismo histórico y cultural importado (mucho mas nocivo que la pacotilla importada a bajo costo y calidad equivalente) advertimos que la indiferencia política de la juventud argentina es una de las mas graves enfermedades morales que padece el país y un factor de conservatismo social que solo beneficia a las clases sociales privilegiadas.
Es a la luz de tales hechos que no podemos abandonar los grandes ideales de liberación nacional y de revolución. Son estos ideales y aspiraciones, que nosotros sintetizamos en la formula de socialismo criollo y unidad latinoamericana, los únicos que pueden abrir la ruta para una vida plena, digna de ser vivida. Esta situación encuentra a los argentinos en un momento en que el gran movimiento nacional y popular, nacido en el año 1945 por una alianza establecida entre el Ejercito popular de esa época y la clase trabajadora, el fundamento de lo que constituyó luego el llamado peronismo, está en crisis, como están en crisis múltiples valores.
Hemos dicho ya en otras oportunidades que este fin de siglo nos presenta la disolución del conjunto heteróclito o muy diverso de repúblicas que se habían unido en la Revolución rusa con el nombre de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; sesenta o setenta grandes nacionalidades, decenas y decenas de grupos étnicos culturales. Habían sido heredadas del yugo del imperio zarista y pasaron a formar parte de una Unión, que en los comienzos del proceso revolucionario de 1917 parecía destinada a redimir a los trabajadores y campesinos de la propia Unión Soviética y del resto del mundo de toda clase de pasadas torturas y dolores. Sin embargo la transformación operada en el curso de estos setenta años llevó a los grandes ideales iniciales a su versión más contradictoria y perversa. Se apoderó del gobierno y de los recursos fundamentales del país una burocracia llamada stalinismo, con características sanguinarias. Este sistema terrorista, en lugar de autorregenerarse, como algunos imaginaban, concluyó por disolverse dramáticamente hace un año y medio.
Como consecuencia, la bancarrota del burlesco “socialismo real” creó universalmente un clima de escepticismo y desencanto en todos los ámbitos donde las ideas socialistas y marxistas habían ejercido una poderosa fascinación durante décadas. Al mismo tiempo y paradójicamente, el otro mundo, la Europa occidental y los Estados Unidos, así como la potencia capitalista mas recientemente llegada al pináculo de su fuerza, Japón, están sufriendo las consecuencias particulares que la persecución exclusiva del lucro impone al desarrollo tecnológico.
El desempleo en este momento en Europa y en los Estados Unidos ( y ya comienza en el Japón) empieza a constituirse en uno de los grandes problemas de los países avanzados. En la Comunidad Económica Europea hay mas de 19 millones de desocupados; se dice que hay 9 millones en los Estados Unidos. Empiezan a aparecer en Japón los problemas de desempleo. Este, en los países industriales avanzados, se origina también en el propio progreso tecnológico, que tiende a desarrollarse con a una gran velocidad. Con la automatización y robotización de los procesos productivos se elimina personal. Las máquinas pueden funcionar sin el esfuerzo muscular en el que se fundaba la vieja teoría de valor de Marx. Desaparece asimismo el concepto marxista del ejército industrial de reserva, capaz de regular los salarios por el nivel mas bajo. No habrá en las potencias industriales obreros desocupados “de reserva”. Simplemente no volverán a trabajar jamás. Cruelmente, los adelantos técnicos, proezas del genio científico de los hombres, arrastran fatalmente a las sociedades avanzadas a los abismos de la desocupación y de un terrible futuro.
El progreso de los grandes países del que nos habla la gran prensa argentina, no solo origina desempleo sino que trae, aún en aquellos tradicionalmente generosos y abiertos como España, problemas de racismo, discriminación racial hacia los latinoamericanos, negros, turcos e inmigrantes de las colonias o de la periferia de Europa. Liberadas las posesiones, en este caso de Inglaterra o de Francia, argelinos y birmanos, hindúes o pakistaníes, marchaban a los centros, ya sea a Paris o a Londres. De algún modo estaban en condiciones de hacerlo ya que habían habitado colonias de esos países centrales. Encontraban en las grandes metrópolis mejores condiciones de vida.
Ahora todos ustedes habrán visto lo que está ocurriendo en Europa. Aún en España han ocurrido muertes. En Alemania han aparecido estos neonazis con la cabeza rapada y los sesos en iguales condiciones.
Se han manifestado fenómenos renacientes de un racismo discriminatorio y, en ocasiones, homicida, que se creían extinguidos para siempre.
Por el contrario América Latina y la Argentina actual sufren fenómenos similares de desempleo pero por razones inversas a los que padece Europa y los Estados Unidos capitalistas. Nosotros sufrimos el desempleo por que no tenemos un desarrollo industrial importante y ellos porque lo tienen en exceso.
¿Llegaremos nosotros a robotizar la industria? No hay leyes económicas inexorables. Ya Vico decía que la historia puede ser comprendida porque la hacen los hombres. En algún momento tendremos que determinar, los argentinos y los latinoamericanos, si queremos que haya robotización. Porque ella supone en si misma que una fábrica puede producir muchos mas zapatos pero con pocos, o acaso, sin ningún empleado. Tuve ocasión de conocer en Mendoza hace algunos años, un gran establecimiento industrial con procesos automatizados. Había una gran habitación donde funcionaban en silencio unos aparatitos, unidades digitales. Un solo empleado con guardapolvo, que no era alemán sino mendocino, recorría el salón observando como funcionaba todo. Ahora bien, ahí no hay obreros. Cualquiera de nosotros, victima de las ilusiones de progreso del siglo XIX y XX , del que somos hijos, podrá decir: ¡pero que bien, que maravilla!. Aquellos obreros que antes estaban aquí trabajando como autómatas, como Carlitos Chaplin en “Tiempos Modernos”, han sido liberados de esa sofocante y rutinaria labor que ahora realizan las maquinas robotizadas. Se piensa entonces en lo que hemos avanzado. Estamos seguros que aquellos quinientos o mil obreros que antes soldaban en las fábricas automotrices, en este momento disfrutan en el prado de la lectura de una novela de García Márquez. Gozan de la música. Hacen ejercicios físicos. Participan de la vida familiar o extrafamiliar, según los gustos. Unen naturaleza y logos .
A través de los milenios el genio del hombre ha llegado a establecer lo que se llama la inteligencia artificial. Es la realización de la utopía.
Pero ¿es así?. Las consecuencias de la robótica, planteada en estos términos, en los Estados Unidos y en Europa, ¿son estos?. No, no es así. Ese antiguo obrero, técnico o capataz, ausente de la fabrica para siempre, probablemente este sumido en una profunda depresión.
¿Hay 19 millones de desocupados en la Europa avanzada?. El continente modelo, creador de la civilización contemporánea, cuenta, ciertamente con millones de desocupados. Este numero tiende a aumentar. La clase obrera clásica, inversamente, a desaparecer y con ella no escasa parte de la doctrina de Marx. (El socialismo en el mundo industrializado se queda sin sujeto de la historia). Para completar el panorama, el capitalismo occidental avanza hacia un mundo cibernético sin obreros, pero también sin consumidores.
Todavía hay en los Estados Unidos y en Europa un sistema de subsidios a los desocupados de tal envergadura que es aquí imposible de mantener, dada la ausencia de recursos y capital acumulado. Pero existe una zona gris cada vez mas amplia. No conocemos su limite ni el momento en que la sociedad capitalista no podrá mantener mas desocupados.
Si volvemos la mirada al llamado “mundo socialista”, podemos ver la quiebra de una idea: la de que la planificación y la economía del Estado iban a garantizar un porvenir mejor a todos aquellos que estuvieran en esa área. Ha estallado de una manera tan asombrosa, tan rápida que aún no hemos logrado internalizarlo, no hemos podido pensar sobre la naturaleza del estallido. Después de setenta años de doctrina oficial del marxismo, en un momento determinado, como si fuera abatido por un soplo mágico, desaparece todo. Reaparecen o se crean 17 o 18 repúblicas de diferente magnitud poblacional. Repúblicas de tres millones de habitantes y, desde ya, las grandes, como Ucrania, con 50 y la propia Rusia, con 150 millones, que surge , como ayer, dominante sobre los pueblos y culturas subyugados durante mil años por la casa Romanoff. El Imperio zarista había dejado a la Revolución rusa esa herencia colonial.
Medio mundo estalló de golpe. No podemos en este momento sino seguir el proceso y meditar sobre la forma en que la centralización del Estado y el monopolio estatal de los medios de producción , sin participación obrera y popular, llegaría a engendrar una burocracia policial y terrorista.
Volvamos al mundo capitalista. Tiene en este momento tres centros de poder. Uno de ellos es la Comunidad Económica Europea, el otro los Estados Unidos y el tercero Japón. Allá en el fondo, del otro lado del mar, está el formidable enigma chino. Como ustedes saben, a diferencia de la Unión Soviética, la flexibilidad de una muy vieja historia, ha logrado, después de Mao Tse Tung y a través de su sucesor, Deng Xiao Ping, introducir mediante un sistema político fuertemente centralizado y un sistema económico altamente descentralizado, islotes de capitalismo exterior y propio, y le ha dado al gigantesco pueblo chino, de entre 1000 y 1200 millones de habitantes, la posibilidad de escapar a las terribles hambrunas. Han logrado cultivar el arroz necesario para el consumo de esa inmensa población. El criterio de establecer objetivos propios, que no tienen porque coincidir con los de América Latina, ha determinado que sea un mundo relativamente estable. Es imposible entonces abrir un juicio cierto sobre ese mundo, muy cerrado sobre si mismo, que empieza a abrirse económica pero no políticamente. Pero el foco dinámico desde el punto de vista capitalista es el Japón.
Con los Estados Unidos, nos encontramos en el mismo continente físico, aunque separados por esa barrera religiosa y lingüística que se establece en el Río Bravo y separa a Norteamérica de México. Tenemos también la CEE, donde se reúnen, por así decirlo, las naciones clásicas heredadas desde la disolución del Imperio romano. Fueron durante largos siglos potencias coloniales y una de ellas, el imperio ingles, tuvo mucho que ver con nosotros, argentinos y latinoamericanos. Con relación a la incorporación de la Gran Bretaña a la CEE , vale la pena señalar que ,coetáneamente con esta incorporación, se produjo el alejamiento de Inglaterra del Río de la Plata, con el abandono de sus inversiones. Sea porque Perón nacionaliza parte de ellas, sea porque Inglaterra se repliega sobre si misma, el hecho es que abandona al Uruguay y a la Argentina, donde había ejercido una decisiva influencia, se concentra en la isla desarrollando su agricultura, ganadería, lechería , etc. y, finalmente, ingresa en la Comunidad que se establece en Europa a fines del año 1960. Hay una correlación muy interesante entre la caída del gobierno de Perón, que consistió en lo fundamental en una tentativa de política industrial independiente guiada por el ejercito y apoyada por la clase obrera, y la retirada de Inglaterra del Río de la Plata.
Inglaterra va a refugiarse para sobrevivir en el contexto de la CEE. Los países que la integran lo hacen porque el desarrollo de su capitalismo, en los limites establecidos por el viejo estado nacional, resulta ya excesivo para su mercado interno. Necesitan expandirse y crear un mercado interno de proporciones mucho mayores. Se unen los viejos enemigos, enfrentados durante siglos. Se olvidan las guerras entre Alemania y Francia, la ocupación de Bélgica por parte de Alemania durante cuarenta años, las ruinas, destrozos y dolores que los distintos celos dinásticos, políticos y militares causaron a las distintas partes que constituyen la Europa Occidental y, en un rasgo del genio político europeo, tienden a unirse en una formidable comunidad, donde hay mas de ocho idiomas, lo que implica que uno de los mayores costos sea el de los traductores, ya que necesitan un ejercito de ellos.
Es así que esta especie de mundo multilinguístico y antagónico entre si desde la crisis del imperio romano, se ha unido. Procuran con dificultades una moneda común.. Hay una absoluta libertad en la circulación de bienes y gentes, creándose un formidable mercado interno, dotado de una gran tradición cultural, de un pensamiento y una practica científica colosal. Se afirma que los grandes adelantos tecnológicos de los EEUU se deben a que se trasladaron hacia este país los principales pensadores de la ciencia europea, o a que sus concepciones fueron usadas por la maquinaria industrial norteamericana, que a su vez generó pensamiento científico.
Esta formidable plataforma de la cultura europea está hoy en crisis, una crisis tan severa que despierta la barbarie racista. Pero, a diferencia de los tiempos de Adolfo Hitler, acá no hay ninguna doctrina, por alucinante que sea. Simplemente, cuando aparece un argelino por las calles de Paris, el obrero francés lo ve como a un competidor que acepta, por el mismo trabajo, un salario menor. Supone que le está quitando el trabajo. Así ha ocurrido hace poco en la Argentina, donde algunos funcionarios y cierta prensa , así como también algunos dirigentes sindicales, consideraron extranjeros a los hermanos de la América Latina. La estupidez no reconoce fronteras.
No es nuestra intención hacer aquí un análisis del régimen capitalista como tal, sino simplemente describir el estado actual de Europa. Señalemos que, habiendo renunciado a sus prerrogativas aduaneras nacionales, habiendo construido una sola aduana, la característica fundamental de Europa es haberse transformado en una fortaleza tarifaria.
La vieja idea que la Sociedad Rural Argentina (los representantes de los terratenientes de la pampa húmeda) expresaban en todo momento fue la siguiente: “comprar a quien nos compra”. Los ganaderos habían establecido una sólida vinculación económica con Inglaterra, que tuvo su período de oro antes del advenimiento de Perón. Nuestros productos iban a Inglaterra, que se encargaba de ser el agente distribuidor en Europa, y a cambio nos mandaba libremente vagones, carbón, rieles, trajes, etc. De Francia venían las queridas de los ganaderos y el champagne “Pommery”. Ese era , mas o menos, el esquema.
Pero eso terminó. Inglaterra nos abandonó y se dedicó a producir lo mismo que nosotros. A criar no solo toros, sino también novillos. A su vez, con la CEE, rompió la insularidad británica con respecto al continente. Esta CEE cuenta con una ciudad capital, que es Bruselas. Allí, en un palacio, funciona el gobierno cotidiano del organismo. Todos los días se reúnen y deliberan los ministros y los traductores de la Comunidad. Dicen, por ejemplo: “nos oponemos a que entren textiles o carnes procedentes de Argentina”. Y estos productos no pueden ingresar. O proponen: “hay que aumentar el precio del trigo francés”, lo que es un disparate. Y dicen “aprobado”!.
Han cerrado todo de tal manera, que la protección interna de los distintos productos de la Comunidad llega al extremo de subvencionar a la NO producción. Así es que se establece (no en Francia sino en Bruselas) que los campesinos franceses que produzcan menos, recibirán una subvención. Existen estipulaciones recientes que subvencionan aquel predio que no produce nada. Esto sencillamente es contra natura. En un mundo hambriento, el premio en la Europa civilizada y capitalista se da por no producir. En materia de alimentos, los costos de la Comunidad son mas altos que los de la Argentina. Si hubiese un régimen de librecambio, nosotros podríamos ser los proveedores de Europa y de América Latina (como debemos serlo a través del MERCOSUR), pero en la CEE desaparecería inmediatamente toda la agricultura y la lechería mantenidas artificialmente.
Entonces Europa dice: nada de libertad de comercio, nada de apertura, el liberalismo no existe. Lo que existe es un embudo donde no pueden entrar los productos competitivos, salvo los tropicales por el tratado africano de Lomé. Los europeos , que tienen una mirada cargada de historia, miran a América Latina y se dicen : “acá hay mucho Perón, mucho Velazco Alvarado, mucho Pancho Villa, etc. Entonces, desde hace ya varios años, trasladaron la compra de productos que ellos no pueden fabricar in vitro, tales como frutas del trópico, hacia Africa. Allí el grado de resistencia política y de estructura social es inferior al de América Latina, por lo que les concedieron el privilegio de ingresar esos productos a Europa, para que los gordos cargados de colesterol de Hamburgo puedan deleitarse también con las mejores frutas.
Ese mundo esta petrificado y ha incinerado los supuestos ideales del librecambio que habían postulado los grandes teóricos de la economía política, desde David Ricardo a Carlos Marx . Marx había sostenido en algún momento el carácter revolucionario del librecambio, aunque desde ya, lo hacía desde la óptica del capitalismo ingles y no de las embrionarias economías de América Latina, que no entraban en sus preocupaciones.
Este retorno al mercantilismo o proteccionismo constituye una medida de autodefensa de la sociedad europea, que ya no puede soportar la competencia si no es a cuentagotas. Pero, pese a todo, la desocupación crece inexorablemente.
Cuanto mas avancen tecnológicamente, mayor va a ser la cantidad de personas que en la Europa civilizada no participaran mas del sistema productivo. ¡Un gran interrogante se cierne sobre el destino del capitalismo europeo!. Fenómeno que también se da, aunque bajo otro ángulo, en los EEUU. Ellos habían logrado mantener el ritmo de su inversión y de sus prodigiosos y geniales adelantos científicos, no solo gracias a la contribución del pensamiento científico abstracto europeo, sino a que había una especie de enemigo simbólico, probablemente mucho mas simbólico que real. La Unión Soviética era el gran justificativo, un demonio que perseguía nada menos que la dominación del mundo. Gracias a eso, todos los gobernantes de los EEUU, con mayor o menor intensidad, siguieron una carrera armamentista , que duró hasta el pasado año. Fueron cincuenta años de esta política , lo que significaba que una gran parte de la renta nacional se invertía en la prosecución de nuevas invenciones. La creación de armas, cada vez mas poderosas, llevó a darle a Norteamérica el carácter de un verdadero arsenal mortífero, en el que se incluía una alucinante guerra de las Galaxias, imaginada por Ronald Reagan . Mas allá de ser buen o mal actor y Presidente, Reagan representaba las tendencias latentes del capitalismo norteamericano que persigue el objetivo del lucro y el “American dream” del poder mundial. Sea como sea, la humanidad ha rozado el Apocalipsis y no les quepa duda de ello.
Al detenerse la carrera armamentista en los EEUU, pasa a tener un papel importante la formidable deuda externa e interna que aqueja a la gran nación del norte. Esa deuda resulta de la fabricación de productos que carecen de utilidad social. Durante décadas, la parte mayor, y la mas costosa, de su producción nacional fue a parar a los depósitos de armas letales. Así se generó una deuda fiscal de mas o menos 350.000 millones de dólares anuales. Ahora nos encontramos con que los EEUU, en lugar de mirar al mundo están mirándose a sí mismos. Esto tampoco es para afligirse demasiado, ya que cada vez que ellos tienen problemas, nosotros podemos respirar un poco.
Hoy deben examinar los problemas internos, que parecieron inexistentes durante largos períodos históricos. Interesante cuestión: un país tan poderoso, tan confiado en si mismo, tiende ahora a la introspección. Se habían dado todos los lujos, entre otros, el de que todo el estado de Florida fuera ocupado por cubanos exiliados de su país y que uno de ellos fuera electo como Gobernador de ese estado. Costoso lujo, curioso problema político. De algún modo América Latina se ha introducido en los EEUU, tanto en Miami como en Los Angeles. Se acaba de establecer legalmente, por ese motivo, el carácter obligatorio de la enseñanza del español en La Florida, que ha pasado a ser un Estado bilingüe.
Visto desde otro ángulo, tienen depósitos propios de petróleo hasta el año tres mil y mantienen en estado de sub – producción a sus yacimientos. Al mismo tiempo procuran llegar mediante el NAFTA a un acuerdo con México y Venezuela para garantizarse su provisión de petróleo hasta que ya no quede ni una gota en el planeta. Esta planificación de alguna manera, se ha vuelto ya anacrónica, forma parte del pensamiento estratégico anterior, donde el petróleo posibilitaba la garantía de la continuidad de la economía civil en caso de guerra. Todo esto entra hoy en discusión.
Lo que interesa aquí es señalar el carácter proteccionista cerrado del capital europeo. Un ejemplo: el otro día se enviaron en “containers” diez toneladas de carne de lomo para Alemania. Ya no piden que les mandemos las medias reses en barcos frigoríficos. Aunque podíamos decir que así se suma valor agregado, ya que los matarifes se encuentran acá, la idea es que Europa solamente pide, hoy un cajón de ananá, mañana uno de lomo… Toman de afuera solamente las exquisiteces, nada mas. El comercio exterior argentino no puede depender de tales bocadillos.
¿Y los EEUU? Se protegen de los productos competitivos, o sea de nosotros.
Todos sabemos que nuestra economía se había fundado en una asociación con Europa, no con los EEUU, donde nunca vendimos nada, aunque comprábamos bastante con las libras esterlinas venidas de Inglaterra. Era el bien conocido comercio triangular.
¿En que momento empieza la crisis argentina? Comienza mas o menos correlativa con la caída de Perón y la interrupción del proyecto industrial y popular del peronismo. Coincide la contrarrevolución de 1955 con la formalización de la Comunidad Económica Europea en el año 1960. La Argentina se encuentra sin gobierno popular y revolucionario y, al mismo tiempo, Inglaterra abandona el Río de la Plata. No tenemos a quien venderle y nuestro país vuelve a caer en manos de la oligarquía, que trata de colocar sus saldos exportables en cualquier lugar. En determinado momento, en la época de Martinez de Hoz, es tal la desesperación que le llegan a vender trigo a los mismos rusos. Empezamos a andar a los tumbos.
El reflejo de la crisis es lo que va a explicar en los últimos treinta años la sucesión incesante de gobiernos militares desorientados, dando golpes a izquierda y derecha y también la aparición de gobiernos frágiles, de corte civil, muy transitorios. A las mismas razones de fondo obedece la aparición de grupos armados terroristas. Ellos reflejarán el pánico y la desesperación de una parte de las clases medias que añoran las antiguas condiciones de vida. Por esa razón los Tupamaros en Uruguay y los grupos análogos en la Argentina tomaron las armas. No para ir hacia delante, sino para ir hacia atrás.. Querían regresar a las condiciones de vida relativamente privilegiadas de las clases medias del Río de la Plata en los tiempos de oro de la influencia inglesa, que se prolongó hasta los gobiernos de Perón.
Fueron tan estúpidos estos pequeños burgueses “democráticos” que ayudaron a derribar al peronismo. El caso de Gorriarán Merlo, que con el tiempo llegaría a convertirse en un asesino profesional, es característico de esa generación. Pacífico y bien remunerado empleado del Congreso Nacional en 1966, afiliado a la Juventud Radical, el golpe de Onganía lo deja cesante . Así se vincula con otros radicales jóvenes que integran el Ejército Revolucionario del Pueblo comandado por Santucho (Provenzano, Nosiglia, etc) y deriva al nihilismo.
El factor que movía el sistema hasta 1940 era nuestra asociación con el Imperio. Este vínculo dio una gran prosperidad al Uruguay y a una parte de la Argentina, la litoraleña y pampeana, que habían establecido lazos íntimos con el mismo. Cuando ese núcleo motor desaparece y cuando cae , en medio de las dificultades emergentes, el gobierno nacional revolucionario, la Argentina comienza a moverse epilépticamente y aparece un instante peculiar de demencia colectiva que va a ser el del terror.
Los oficiales jóvenes del Ejército contra los jóvenes universitarios de alta clase media, y viceversa, procurando aniquilarse mutuamente, pese a pertenecer al mismo sector social. Había sido muy buena en el pasado la condición de la clase media y el futuro se tornaba oscuro.¡Se trataba de volver atrás!. La característica histórica especial de este sector consistió en ser un conjunto de clases medias profesionales, comerciales, intelectuales, etc., cuyo peso económico resultaba excesivo para el núcleo industrial y rural productivos que se encontraba en la base de la sociedad argentina. Era una clase media que gozaba de una serie de prerrogativas y posibilidades usuales en Europa, pero desconocidas para la mayoría de los argentinos y latinoamericanos. Los extranjeros se asombraban al llegar a Buenos Aires y encontrarse que, en un país que no contaba con el formidable despliegue productivo de Europa , las clases medias de la urbe gozaran de un nivel de vida y de normas de consumo más o menos similares a las del viejo mundo.
Esta poderosa clase media y alta, que constituye la base social del neo radicalismo anti irigoyenista , expresado por Raúl Alfonsín, se parece, como una gota de agua a otra, a los integrantes de la clase media del peronismo renovador, cuyos personajes mas representativos son los Bordón, Cafíero, Grosso, Manzano y otras figuras semejantes.
Estos sectores absorben y pretenden seguir absorbiendo en forma improductiva, parte de la renta nacional, pero esta, en su concepción tradicional, ya no existe.
El mundo colonial en que prosperó este sector se destruyó por las razones que ya vimos. Lo que quedó de esa época de asociación entre Inglaterra y el Río de la Plata, es la Argentina actual.
Nadie se pregunta porqué cuando Menem llega al gobierno en 1989 era usual hacer bromas macabras sobre el hecho de que un ingeniero manejara un taxi o que un profesional de cualquier carrera universitaria hubiera instalado una rotisería. El país había invertido una gran suma de dinero para formar a ese profesional. Luego el mismo debía hacer una tarea que no requería ese esfuerzo de capital social invertido. Se manifiesta un fenómeno inverso a los orígenes de la Argentina contemporánea. Los bisabuelos de los argentinos actuales venían de Europa y se instalaban aquí. Con el correr del tiempo sus hijos o sus nietos se reciben de físicos , ingenieros o médicos y se van del país.
El Comité Universitario de Intermigraciones realizó un estudio entre los años 60 y 80. Estableció que se fueron del país unos dos millones de argentinos, de los cuales un millón cien mil están radicados en los Estados Unidos. Esta migración se caracteriza por no tener un carácter especialmente político, tal como ocurrió, aunque en numero menor, con universitarios que se exiliaron durante la dictadura.
Toda la América Latina expulsa a su élite científico técnica hacia el hemisferio norte respondiendo a una peculiar forma de succión de los Imperios respecto de nuestra riqueza social y humana.
Con un gran esfuerzo nuestras sociedades en América Latina y en la Argentina producen técnicos y científicos. Una vez que la sociedad invierte ingentes sumas en los tres ciclos educativos, los exportamos al hemisferio norte gratuitamente. Los países menos ricos invertimos el dinero que nos falta para donar al mundo pletórico profesionales preparados ya para reforzar su sistema productivo.
Precisamente, cuando Menem llega al gobierno, ¿Cuál era el cuadro social de la Argentina?. Trataré de describirlo sumariamente, a fin de desentrañar los acontecimientos que tuvieron lugar en estos últimos tres años.
Existe un factor previo que requiere también una previa explicación. Me refiero a los medios de comunicación, que han aumentado, fuera de toda medida, su influencia en la opinión pública. Se ha constituido un sistema de diarios, radios, canales , revistas semanales y publicaciones varias, dedicadas a combinar una mezcla de política y pornografía para la Capital Federal, debidamente articulado para extender su material contaminante al interior del país. Cuenta con una legión de comentaristas que día y noche trabajan en el descrédito del gobierno y del presidente Menem. No hay memoria en la historia argentina de una campaña semejante. Aunque las ofensivas de la prensa contra Roca, Juárez Celman, Alberdi, Irigoyen y Perón se destacaron por su perversidad , no existía en esa época la potenciación que dan la radio y la TV, salvo en períodos de Perón.
Este pudo efectivizar sus medidas revolucionarias mediante el arbitrio de comprar o someter a casi toda la prensa. Creó un monopolio político periodístico y radial. En el caso de un anterior gobierno popular, habría que remontarse al de Yrigoyen del año 30. No existían ni la radio ni la televisión, aunque si un arco opositor de publicaciones que iban desde el diario del Partido Socialista “La Vanguardia” , pasando por el órgano del Partido Socialista Independiente “Libertad” , “La Nación”, “Critica”, “La Prensa” y “La Razón”, hasta “La Fronda”, de pensamiento conservador y redactado por jóvenes nacionalistas.
Hipólito Yrigoyen recibía de ellos todo genero de agravios, que no se detenían ni ante su vida privada. El atenuante que este ataque encontraba consistía en que el pueblo argentino se encontraba para esas épocas mas protegido. La cantidad de lectores de la prensa escrita era mucho mas reducido que en la actualidad y, en consecuencia, la gente podía defenderse mejor de las malformaciones y las infamias que se prodigaban sobre el viejo caudillo.
Por su parte Yrigoyen nunca intervino para detener este tipo de agresiones. Pero el descrédito del Presidente solo tenía vigencia en las principales ciudades argentinas y, en ellas, dentro de los círculos pseudointelectuales y universitarios que se alimentaban con tales lecturas. Estos eran los menos, y los que eran los mas, no leían los diarios.
Muy distinta, poderosa y concentrada es la ofensiva infatigable de los medios de comunicación contra Menem. Tal ofensiva no se funda en los errores o desfallecimientos del Presidente en cuanto a la Justicia, la política exterior o la dignidad nacional. El trasfondo de esta campaña tiene su origen en que Menem , pese a sus errores, ha sido votado por la mayoría a través del peronismo (o de lo que queda del mismo).
El gobierno de Menem, en especial a partir de la designación de Cavallo como Ministro de Economía, tal como lo hizo Perón, se propone echar las bases de una sociedad capitalista de corte occidental. Pero a diferencia del de Perón, realizado en la postguerra y con enormes recursos a su disposición, el gobierno de Menem se encuentra ante una sociedad caótica y sin medios económicos. Ante tan crítica situación, postula la creación de un país capitalista productivo y dinámico, pero pretende hacerlo con la ayuda de la banca internacional y el capital extranjero.
Capitalismo sin justicia social, política tributaria que obtiene notables éxitos y reducción del hiper estado superpoblado. Una buena parte de lo realizado merece nuestro apoyo. Otra no. Lo real es que desde que el antiguo Frente Nacional (Ejército, Sindicatos, peones rurales, burocracia nacional, etc) se ha dispersado, no se ve aún la manera en que pueda reconstruirse.
No pocas de la medidas adoptadas por el gobierno son innovadoras, lo que no siempre quiere decir revolucionarias o progresistas.
El viejo régimen industrial, impositivo e intermediario, fundado en el “statu quo”, se ha visto conmovido. El peronismo en dos momentos de la historia contemporánea abordó el objetivo de crear una sociedad capitalista moderna, de manera radicalmente distinta.
En su primera etapa el peronismo había literalmente llegado al socialismo, pero sin pasar por la revolución, es decir, sin rehacer en conjunto la sociedad. Cuando Perón es derrocado en 1955 se suceden 35 años de total abandono. El peronismo no encontraba el camino de la política revolucionaria, que se había ido con el General. Y la Argentina había perdido la asociación con Inglaterra, que le daba a la renta agraria la posibilidad de hacer funcionar el conjunto del Estado. Nos habíamos quedado sin nada. Según dije antes, la desesperación hace aparecer un estado de demencia en la clase media mas conformista. Provenían de la burguesía intelectual de las provincias, de los Colegios Mayores Católicos, de fracciones desencantadas de la vieja izquierda amarilla. Se apoderó de una parte de la juventud de clase media la idea de la Iglesia como institución de caridad pura. Con el empleo de las armas y sin una pizca de ideología, los estudiantes de buena familia se hacían guerrilleros , persiguiendo el bien absoluto a través de la catástrofe.
En realidad se trataba de los mismos sectores sociales que en épocas diferentes se habían opuesto a Yrigoyen , voltearon a Perón y aprobaron los fusilamientos del 56. Un sector se acomodó con Onganía, con Lanusse y con Videla. Me refiero a todos los partidos políticos y también a los intelectuales, empezando por Borges y Sabato. La repugnancia al peronismo los unía a todos: militares liberales, partidos políticos, terroristas e intelectuales.
Estas fuerzas habían hecho todo lo posible para que la sociedad no cambiara. Del mundo de algunos nacionalistas católicos y del mundo de la izquierda empezaron a aparecer los terroristas. Quieto y Firmenich, juventud comunista y juventud católica.
Fracasada la dictadura cívico militar de Videla y desaparecido el gobierno radical, por renuncia y fuga de Alfonsín, el triunfo electoral de Menem aporta los viejos objetivos del peronismo, pero con instrumentos diametralmente diferentes. Esta segunda etapa del peronismo esta representada por su principal dirigente, que encuentra resistencia aún en el interior del Partido Justicialista. Dicho sea de paso, aclaremos que si algo queda del viejo peronismo, ese algo esta encarnado en Menem, pese a sus debilidades, que no son pocas.
Si hacemos un somero balance de estos tres años, nos encontramos ante todo con el tema de las empresas nacionales privatizadas. Estas privatizaciones han sido juzgadas por el sistema de prensa mas infame y corrompido que ha conocido la Nación. ¡Todos los grandes diarios argentinos defienden a los huelguistas!. Los obreros, los desamparados, los jubilados, las mujeres, etc., han encontrado sorpresivamente una tribuna defensiva en el periodismo ultraconservador. Para no hablar de ciertos Obispos, de equívoca fama, como monseñor Laguna, que llora de compasión por los humildes desde las playas de Miami. Siempre la prensa estuvo en contra de la legislación obrera, de los derechos de las mujeres, enfrentada a los pobres. Ahora resulta que todos los grandes diarios defienden los intereses de los desposeídos. Existe una especie de valor entendido en todos los sectores reaccionarios de la Argentina que consiste en apiadarse de los que nada o poco tienen. Es muy extraño, muy sugestivo este clamor que en realidad se basa en una sola realidad ¡Es que hay un presidente peronista!.
Una observación particular merece la Sociedad Rural Argentina, bastión de la contrarrevolución, que está en una actitud relativamente favorable a Carlos Menem.¿Qué es lo que ha ocurrido?. Se está produciendo, desde hace años, en la Provincia de Buenos Aires un fenómeno determinado por la legislación sucesoria. No hay nadie en la provincia bonaerense que tenga las características de las familias Unzué, Alzaga, Anchorena, etc. de otras épocas, terratenientes poseedores de campos de 200.000 hectáreas o mas en las mejores tierras del mundo. Eso ya no existe. Cuando el padre de una de estas familias oligárquicas muere, cada uno de sus numerosos hijos quiere la parte de campo que le toca en herencia y, de esta manera, lo que en una época eran 40.000 hectáreas se ven transformadas en 554. La renta agraria, que permitía tirar manteca al techo en Paris, desapareció. Solo tienen la trampita de las falsas mensuras para evadir impuestos. Como la ganadería extensiva está concluida, no tienen mas remedio que trabajar. Desde 1880 hasta nuestros días, esa conjunción de clima, régimen de lluvias, composición de suelo, ese paraíso terrenal para sus propietarios que se llama pampa húmeda, había logrado el milagro de enriquecerlos sin aportes de trabajo ni capital. Ahora tienen que invertir energía, capital, esfuerzo, hacer agricultura, siembra directa, hasta horticultura de calidad, producir y fraccionar ciertos tipos de carne, hacer “feed lots” y montar laboratorios. El campo argentino ha entrado de lleno en el capitalismo. Ese mundo nuevo, compuesto por los hijos y los nietos de la oligarquía, que se quedaron en el campo y no se fueron al área financiera en la época de Martínez de Hoz, ven el MERCOSUR como su destino. Toda la pampa húmeda, todo el mundo vitivinícola de Cuyo, salvo algunas provincias norteñas tales como Salta, Jujuy y Tucumán, que aún tienen algunos recelos, todo el resto de la Argentina va a ingresar al MERCOSUR.
Esto indica que se está modificando estructuralmente el sistema de dominación de clases y que Menem es el heredero de la crisis. Responde a ella con medidas capitalistas, en una sociedad agro – comercial – exportadora petrificada desde antiguos tiempos, cuyo vientre parasitario reside en la ciudad de Buenos Aires. Menem y Cavallo constituyen una tentativa de reiniciar el proceso de avance capitalista, pero sin los recursos que entregó a Perón la postguerra, cuando la Argentina era acreedora de Inglaterra.
Para que queden en claro las distintas condiciones a las que se enfrentó el general Perón, digamos que, por aquellos tiempos, la Argentina no ingresó en la segunda guerra mundial y eso le permitió entrar en la postguerra sin perdidas humanas y sin endeudamiento externo. Se inicia, por motivos externos, un proceso de industrialización inducida, o sea deliberada y no accidental. Conjuntamente se genera una política de justicia social universalizada, de sistemas de jubilaciones, de planes de viviendas, de incorporación de la mujer al sistema productivo y a la misma vida política. Estas medidas generaron un fuerte movimiento de desarrollo interno. Pero llegado un momento, en el año 1954, empiezan a escasear las reservas y a pasar la euforia. La Argentina se encuentra con serios problemas. Perón planteó que había que congelar la ascendente marcha de los salarios y al mismo tiempo empleó medios policiales para lograr la congelación de precios. Convocó a los trabajadores y a la burguesía industrial de esa época a lo que denominó Congreso de la Productividad.
Perón estaba preocupado por el desarrollo de la Argentina, que vivía en una especie de estado de jolgorio, derivado de la prosperidad nacional. Hacia los años 51 y 52 no habían saldos exportables de carne. Era el resultado de la incorporación de enormes capas sociales que iban aumentando el consumo de carnes. Se trataba de un resultado directo de la prosperidad cuyo fruto era la reconquista de las proteínas para el pueblo. Como fenómeno de sanidad correlativo, desaparece la tuberculosis. Pero, a su ves, Perón advierte que estamos atrasados en la industria pesada y señala que se debe extraer petróleo a cualquier precio. En ese momento las exportaciones totales de la Argentina totalizaban un monto cercano a los mil millones de dólares. De ese total de divisas alrededor de trescientos millones se consumían en importación de petróleo, dadas las dificultadas de Y.P.F. para atender a las industrias en expansión, y otro tanto se invertían en acero y metales especiales. Casi el 60 % de las divisas se las llevaban la importación de petróleo y acero.
Con decisión Perón plantea el tema de la productividad, ligado a las características de la burguesía industrial argentina, que prefería un mercado pequeño de altos precios a un gran mercado con precios mas bajos.
Para comprender a esta burguesía debemos recordar que cuando nuestro país se industrializa se produce un fenómeno totalmente opuesto al proceso de acumulación de capital en los países de Europa. Los orígenes de la industrialización en Inglaterra quedan plasmados como una página dramática que Marx describe en “El Capital”. Es un momento terrible para las clases pobres procedentes del campo. Los niños de 5 a 11 años y las mujeres trabajaban 12 o 16 horas diarias. Muchos dormían en camas improvisadas al lado de las maquinas, camas que, según cuenta un inspector de la época, no se enfriaban nunca, porque cuando en la noche los trabajadores se levantaban para iniciar un turno, entraban a dormir los que salían del anterior y así sucesivamente. La descripción de lo que podría llamarse como la revolución industrial es pavorosa.
¿Cuál es la característica del desarrollo industrial en la Argentina?.

Por razones históricas que sería largo aquí de explicar, al llegar un peón de campo a la ciudad e ingresar en la época de Perón en el sistema productivo, ese peón se eleva en su condición social, aumenta su salario, ingresa a un sindicato que lo defiende.
Esta transformación traería, por cierto, algunos fenómenos marginales, tales como la llamada industria del despido. Muchos trabajadores se hacían despedir, tomaban la indemnización, que Perón había establecido por ley, vivían con eso algún tiempo, para luego comenzar con un nuevo trabajo donde, al poco tiempo, se peleaban con el capataz y se iban para encontrar un nuevo empleo en un mercado laboral que demandaba mano de obra sin cesar.
Todo esto produjo un relajamiento productivo. Al mismo tiempo, la burguesía trampeaba las circulares del Banco Central que otorgaban determinado tipo de dólar privilegiado para traer maquinaria y aumentar la productividad. Endosaban las ordenes y exportaban dólares con los que se comenzaba a poblar Punta del Este o, en lugar de reinvertir, compraban campo para poder entrar con un toro de la nariz en el cerrado circulo de la aristocracia ganadera.
Perón comprendía que había que establecer un régimen de productividad. La Argentina no podía seguir manteniendo ese nivel de vida. Se trataba de un sueño, una dilapidación del capital social, una especie de socialismo sin los dolorosos procesos de la revolución. El presidente recobra el sentido de la realidad, llama al Congreso de la Productividad y empieza a negociar con las empresas norteamericanas para sacar petróleo. Aquí entra en discusión Y.P.F., que es el único nacionalismo que conocen los radicales. De algún modo Y.P.F. es una creación no solo de Moscón, sino también de Carlos Madariaga, hombre del Imperio ingles que la organiza. No cabe duda que Y.P.F. se desarrolla para cubrir fines nacionales pero, al mismo tiempo, cuenta con el respaldo de los ingleses. ¿Por qué?. En el periodo que corre del 20 al 40 la rivalidad en el Río de la Plata y América Latina por el control del petróleo entre el grupo norteamericano Standard Oil y el holding anglo holandés Shell llegó a derribar gobiernos. Esa rivalidad gestó la Guerra del Chaco, donde se enfrentaron Bolivia y Paraguay. La Argentina sostuvo subrepticiamente con armas al Paraguay porque allí dominaba la Shell mientras que detrás de Bolivia estaba la Standard Oil.
Y.P.F. se desarrolla primero bajo el gobierno de Alvear, después es apoyada por el régimen de Justo. Consistía, de alguna manera, en una mezcla de nacionalismo petrolero y de escudo defensivo ante la intromisión de la Standard en el área de Argentina que los ingleses pretendían para si. Esa carácter combinado hizo que Y.P.F. fuera en la época de Perón lo que es hoy en día. Una pesada y formidable maquinaria burocrática que brinda respetables salarios, ventajas sociales y expande civilización allí donde aparece, pero que no extrae petróleo.
Cuando Perón se enfrenta al problema del autoabastecimiento inmediatamente se convierte en un “cipayo”.¡Los radicales entreguistas se habían vuelto nacionalistas!. Alli comienza a gestarse la contrarrevolución que derribará a Perón. Era un “tirano”, porque declaró abolidas las libertades públicas, un “apóstata”, porque se enfrenta con la Iglesia, un “entreguista” porque vende el petróleo. Y esto lo dicen Balbín, Frondizi, Alfredo Palacios, Nicolás Repetto, Victoria Ocampo, Borges, Aramburu, Leonardi y “tutti quanti”.
En su gobierno, frente a la crisis de las divisas, Frodizi intenta también negociar. Todo el mundo lo acusa de entreguista, pero empieza a producirse petróleo. Luego viene Illia, anula los contratos y, en lugar de petróleo, la Argentina se ve obligada a pagar considerables cifras a los gringos para indemnizarlos. Como se ve este tema del petróleo y de Y.P.F. es de antigua data y ahora sirve para condenar a Menem y a Cavallo.
Lo mismo podríamos decir, respecto al tema de la productividad y de las privatizaciones.
Hemos señalado innumerables veces que, en relación con las privatizaciones, había un área que debía ser defendida mas allá de los criterios fiscales y económicos. El área que se debe proteger, aún si fuera deficitaria, es el de los ferrocarriles, la energía nuclear y la misilística.
Los ferrocarriles tocan directamente a la vida social. Han sido tradicionalmente el medio por el que los provincianos mas pobres se mueven de y hacia sus provincias, como parte de su vida. Ni que hablar del ferrocarril como factor de desarrollo de ciudades y pueblos. Todos los ferrocarriles de Europa le originan erogaciones al Estado. No son rentables, en el mismo sentido que no lo es una escuela, sino socialmente. Supone un sistema arterial de comunicaciones que posee un retorno indirecto.
En cuanto al orden nuclear y misilístico (ciencia, tecnología, soberanía nacional) , para aquellos que hablan del Primer Mundo, decimos que las proezas científicas argentinas no deben entrar en discusión alguna, sea cual sea la opinión de los Estados Unidos.
Por supuesto, también comprendemos muy bien el estado en que se encontraba la sociedad argentina, que no daba mas. Al hacerse cargo del gobierno Menem había cerca de un 5.000 % de inflación anual. Se asaltaban los supermercados y se generalizaban los saqueos.
Toquemos el tema de los jubilados. Hoy se habla de que no hay plata para los jubilados, con poderosos argumentos y dramáticos impactos en los diarios del sistema oligárquico, que son los mismos que se opusieron en su momento al plan de jubilaciones para todos establecido por Perón. Parecería que el responsable de la tragedia argentina es el Presidente, que es, hasta cierto punto, su victima.
Cabe preguntar ¿Cuál era el régimen jubilatorio que estableció Perón?. En principio establece la jubilación para todo el mundo. El dinero que aportaba el sector productivo activo y el que provenía de los empleadores iban a las cajas de los trabajadores. Como en la época de inflación no era efectivo dejarlo en esas cajas, Perón utilizaba ese dinero, dejando en deposito títulos públicos, lo que implicaba el uso de un formidable capital nacional para dinamizar la economía. Lo que se propone hacer Cavallo con la privatización de los fondos de pensión es dirigirlo muy específicamente a determinado tipo de actividades cotizables en la Bolsa, generalmente vinculadas a Sociedades Anónimas de existencia visible, controladas por un sistema de vigilancia establecida por una Comisión del Estado. Se trata de usar conocimientos de la ingeniería financiera burguesa para elegir la empresa que mejor corresponda a una buena rentabilidad. El objeto es procurar mantener ese capital circulando en actividades productivas a la vez que se aseguran dichos depósitos en títulos o bonos del Estado.
El concepto en si mismo no es ni malo ni bueno. Veremos de que manera se realiza. No es obvio recordar que, derribado en 1955 el gobierno de Perón, sería una tarea para Sherlok Holmes el poder descubrir a todos los que metieron mano en las cajas. Baste citar como ejemplo una medida de Martínez de Hoz, por la que toda la contribución previsional debía depositarse en la Tesorería General. Ahí desapareció para siempre el capital social de los jubilados. Al mismo tiempo, del 55 a la fecha fue decreciendo la actividad industrial en la mediana y pequeña empresa que es la que mas obreros tiene. Al reducirse el numero de obreros y empleados activos, iban también disminuyendo los aportes a las cajas. Para que el sistema jubilatorio funcione se requiere tener de 3 a 4 contribuciones de personas activas laboralmente que efectúen su aporte a las cajas, así un pasivo puede tener una jubilación decorosa. En este momento la relación entre pasivos y activos es, mas o menos, de uno y medio a uno. ¿Cómo puede mantenerse un régimen de capitalización con esta relación entre quienes aportan y quienes cobran? Es imposible.
Es importante también el analizar la crisis de los regímenes jubilatorios en el mundo entero. Por ejemplo en Alemania la prolongación de la expectativa de vida ha puesto al borde de la destrucción a su sistema.
A la luz de estas cuestiones queda clara la necesidad de repensar colectivamente todo desde el punto de vista de los profundos cambios ocurridos en el mundo, en América Latina y en la Argentina. Aquel pesimismo cultural e histórico europeo, del que hablábamos al principio, parece querer trasladarse a la periferia, al Tercer Mundo. La característica de este momento en Europa, de la que se hacen eco los diarios y revistas, es el escepticismo, la indiferencia hacia la política (es decir hacia lo colectivo). Es el retorno a la vida privada, al interés personal, el alejamiento de la juventud del destino común.¿La juventud es indiferente al dolor o a las esperanzas de la humanidad?. Este fenómeno mundial no puede hacerse carne en nosotros. Solamente con la fe, el optimismo y la voluntad creadora podemos hacer frente a las condiciones adversas que nos presenta la historia y la sociedad donde vivimos.
Allí están en una próspera decadencia y premian al agricultor que no produce.. Nosotros debemos premiar a los que producen. Todos los valores se invierten una vez que atraviesan el Atlántico. De allí surge la importancia central de la política educativa y cultural en la Argentina.
Pero en este campo, aun bajo el gobierno peronista, la cuestión gira en el área puramente técnica. Se reforman los programas en los aspectos externos, se propone extender o abreviar el bachillerato. Los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires, manipulados por la FUBA y la FUA, a su vez instrumentos del radicalismo (salvo una vez en 80 años, traicionaron todas las causas nacionales y populares del siglo), piden “mas presupuesto”.
El Ministro Cavallo y Menem han aumentado ese presupuesto universitario este año. Es un error. Lo que habría que hacer es bajar el presupuesto universitario, arancelar la matricula para las familias que económicamente pueden hacerlo, becar a los bachilleres mas brillantes y pobres del interior y garantizar una enseñanza que infunda a los estudiantes conciencia nacional, conciencia latinoamericana, conocimientos de su propia historia y amor a la Patria. Lo demás vendrá por añadidura.
Por otra parte hay que aumentar el presupuesto a las escuelas primarias brindando almuerzo gratuito para los niños. Son las escuelas del interior las que presentan mayores índices de deserción si no se da de comer al medio día. Existen millones de chicos argentinos que no reciben ningún tipo de educación por las condiciones vigentes en sus respectivas provincias. Por su parte las Universidades y el sistema educativo siguen sin plantearse el cambio fundamental de los contenidos y sin preguntarse porque no estamos estudiando el portugués, como se ha determinado en la reunión de Presidentes del MERCOSUR.
Para terminar este esbozo recuerdo que recientemente me he referido a la política ausente en las medidas económicas de gobierno. Señalé en la televisión que habíamos tenido un gran Ministro de Finanzas y que ahora deberíamos contar con un gran Ministro de Economía, que, si quería, podía llegar a ser el mismo. Desde ya yo me refería a Domingo Cavallo , cuyo talento y energía indiscutibles establecieron las adecuadas perspectivas para cobrar impuestos en una república semicolonial que no los pagaba. Los evasores criollos, por este mismo delito, en los Estados Unidos pasarían muchos años en la cárcel, pero en América Latina ya es una costumbre el no pagar los impuestos o pagarlos tarde y mal. Cavallo estableció un sistema impositivo propio de las sociedades capitalistas serias. Esto es una característica del camino capitalista elegido, puesto que hasta ahora el imperialismo no nos permitía seguir ni el camino socialista ni el camino capitalista, condenándonos a vegetar en la nada semicolonial. El antiguo sistema beneficiaba, sobre todo, a los grandes empresarios, nacionales y extranjeros, pero también a esa clase media comercial e industrial, frecuentemente “informal”, que no tributa ni a las cajas, ni a los municipios, ni al Estado nacional.
Todos ello, medianos y grandes, clamaban desde hace décadas, acompañados por la prensa venal, contra la ineficiencia del Estado. Cavallo le está mostrando a la famosa empresa privada como el Estado puede llegar a cobrar impuestos con eficiencia.
Decíamos que Cavallo debe ahora ser un Ministro de Economía y dejar a otro Ministro la tarea, casi realizada, de ordenar las finanzas, cobrar impuestos y reformar la burocracia estatal. Todo el interior del país, el Gran Buenos Aires, el Gran Rosario y el Gran Córdoba, están plenos de marginalidad social. Hay que emprender rápidamente grandes obras públicas, obras de infraestructura y viviendas populares. No hay que temer que se recaliente la economía. Por el contrario, estamos en frío y necesitamos entrar en calor.
Pero la tarea fundamental en la Argentina es la del MERCOSUR.

Todo lo que concierne al pensamiento y a la cultura, no está disociado de la vida económica y social. Si se determina que debemos aprender en el Colegio Nacional el portugués, en lugar de una lengua extranjera, es porque el conjunto de la sociedad, llevado por las circunstancias desesperantes de la América Latina, ha dado su aprobación -tácita o expresa- para que nos vinculemos con el Brasil, Uruguay y Paraguay. Y esta comunidad de pueblos, que es el hecho mas importante ocurrido en este siglo y en el anterior después de las Guerras de la Independencia, ha determinado que la educación argentina deba rever nuestra visión de la Guerra del Paraguay, deba reestudiar nuestra guerra del siglo pasado con el Brasil, deba establecer una correlación entre las hipótesis de conflicto de los cuatro ejércitos, deba iniciar una armonía jurisprudencial para organizar los códigos y llegar a homologar los títulos universitarios.
Es decir que la crisis argentina, que he situado en los limites históricos a los que quedaron reducidas las Provincias Unidas del Río de la Plata después del fracaso y el eclipse de San Martín y Bolívar, no va a encontrar otra salida que en la Comunidad de pueblos de la América Latina, cuyo primer gran paso es el MERCOSUR. No hay otro camino.

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