ENORME PRESUPUESTO NUCLEAR

Dos Millones de Personas Trabajan ya en la Industria Atómica Yanqui

Por Victor Almagro

EXCLUSIVO

PARIS.-         La Comisión de Energía Atómica de Estados Unidos ha publicado su segundo informe semestral. Sus datos han sumido en hondas cavilaciones a los europeos. En sus páginas leemos que la industria atómica (estamos en el siglo XX: ya existe una industria. atómica)  se ha desarrollado en grado ta1 que ocupa actualmente al 3 % de la mano de obra nacional, vale decir, que sobrepasa a los 2.000.000 de personas. El. Congreso norteamericano ha votado un suplemento de tres mil millones de dólares para invertir en esta actividad mortífera. Como un secreto impenetrable rodea este asunto,  es difícil calcular la suma gastada hasta ahora.  Una cifra parcial hace ascender a 6 mil millones de dólares las  inversiones efectuadas en investigaciones y producción hasta el 30 de junio de 1951.  El carácter gigantesco de los laboratorios y fábricas atómicas excede todo los sueños de las “novelas científicas”. El impulso dado a esta industria parece llevarla día a día a proporciones mayores.  Fuera de un número de  Institutos de investigaciones y de laboratorios, diseminados a lo largo de Estados Unidos,  la Comisión de Energía Atómica controla tres establecimientos inmensos: la fábrica de Oak-Ridge, en el Estado de Tennessee que produce Uranium 235 y que ha sido objeto de recientes ampliaciones; la fábrica de Hanford, en el Estado de Washington, que  produce plutonium y la fábrica de Los Álamos, en el Estado de Nueva México, donde se producen armas atómicas.  Aunque la industria atómica es,  en Estados Unidos,  monopolio del. Estado, el gobierno contempla con simpatía paternal la intervención de los grandes monopolios privados en ese gran negocio. De tal modo, sobre 130.000 personas que trabajan en esas tres fábricas,  sólo 7.000 son empleados del Estado.  Los restantes dependen de los  pulpos imperialistas  en cuyo interés, en último análisis, trabaja todo el país.  Por ese motivo la fábrica de Oak-Ridge está explotada por la Carbide and Carbone Corporation, la de Hanford por la General Electric  Company  y la usina de los Álamos produce para la universidad de California.   Si tomamos  en cuenta que los consejos directivos de  las universidades norteamericanas están en manos de los millonarios-filántropos, vemos así una indestructible unidad de la ciencia, la universidad y los patrones imperialistas alrededor de la bomba atómica.  Pero esto no es todo.  El ciudadano europeo o cualquier hilo del planeta puede dormir tranquilo. Los fieles guardianes  de Occidente tienen en vías de construcción otros dos establecimientos  de proporciones colosales: la usina de Savannah-River, en el Estado de Carolina del Sur, que costará 1.250 millones de dólares, será la más grande construcción del mundo.  Ocupará 47.000 obreros y trabajará bajo la dirección y  para el beneficio de la sociedad Du Pont de Nemours. La otra fábrica estará situada en el Estado de Kentucky  y será  explotada por  la Carbide • and Carbone Corporation.  Dichas fábricas: consumirán tal  cantidad  de energía, que la Tennessee Vally Authority, que apenas llega a abastecer a la fábrica  atómica de Oak-Ridge será obligada a construir gigantescas centrales térmicas para .alimentar a la nueva usina.  Sería redundante indicar que otra fábrica atómica está construyéndose en el valle de Ohio y que sus  trabajos cuestan 1.000 millones de dólares.  Ocupará 35.000 obreros.  Alguna corporación  será también  interesada en el usufructo de las ganancias. Las materias primas,  sobre todo el uranio;  provienen del Congo Belga y del Canadá.  En las esferas industriales norteamericanas se comenta que en poco tiempo la industria atómica  llegara a ser  el sector económico más importante de Estados Unidos.  Es de esperar que el resto del mundo esté en condiciones de contemplar ésa maravilla.

Artículo publicado en el Diario Democracia

Edición del Miércoles 8 de Octubre de 1952 (pág. 1)

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