EISENHOWER ENTRA EN LA ARENA

Gane Quien Gane, Wall Street Será Quien Reciba los Beneficios

Por Victor Almagro

EXCLUSIVO

PARIS.-Las diferencias entre el partido Demócrata y el partido Republicano hace mucho tiempo que han dejado de revestir un carácter especial, si es que alguna vez lo tuvieron. En las próximas elecciones veremos una disputa política entre dos ‘candidatos que representarán igualmente los intereses básicos de aquel grupo financiero dominante llamado por Feitinan Lundberg las “60 familias”. Desde cierto punto de vista existe mayor antagonismo en el interior de los dos partidos tradicionales que entre las dos agrupaciones como un todo. Este hecho posee raíces históricas complejas, que en definitiva han permitido al imperialismo de Wall Street dominar simultáneamente la política norteamericana y a través de ella a toda la nación. Teóricamente, Eisenhower o Tan, representarían la tendencia “aislacionista”, pero esta tendencia ha dejado prácticamente de existir, al mismo ritmo que Estados Unidos en su conjunto asumía un rol decisivo en la política mundial. El aislacionismo es una ideología del pasado. Si en algún lugar pueden encontrarse vestigios reales, es necesario en todo caso buscarlos en algunos núcleos poco importantes de la industria ligera, en los “farmers” del Medio Oeste o del Oeste y en el pequeño comercio. Lo que fué una ideología de los círculos financieros unidos al mercado interno, es hoy un anhelo impotente de los tenderos. En realidad, la economía norteamericana está hoy profundamente ligada al Extremo Oriente, a Europa y a América latina. La exportación de capitales, la búsqueda de mercados para sus productos, la consolidación de sus bases estratégicas para defender sus prerrogativas económicas, el aplastamiento de los movimientos de liberación nacional y social de las colonias, tales son los rasgos que determinan el intervencionismo en la política exterior yanqui. Los candidatos triunfantes no podrán ejecutar desde la Casa Blanca otra política.

* ¿Dos partidos o uno solo?

Desde este ángulo de visión, las declaraciones de los candidatos, desde Harriman, rey de los ferrocarriles, o Kefauver, senador paternal, hasta Taft y Eisenhower, no poseen una importancia, aclaratoria. Para la opinión pública resultan de más interés los datos objetivos del poder económico de los trusts en las máquinas partidarias que las ideas de Eisenhower sobre el ejército europeo. Son los intereses de esos trusts los que determinarán en definitiva Si habrá o no ejército europeo, ataque a China o guerra en Europa. No está excluida la posibilidad, por otra parte, que se repita el caso de la segunda elección de Roosevelt, donde su adversario se prestó a la farsa electoral, sabiendo por anticipado su derrota. Los círculos de Wall Street apoyan con dinero a las dos agrupaciones, pues conocen sobradamente que los candidatos electos responderán a sus fines, como ya lo hicieron sus antecesores. Bajo este aspecto, Wall Street deja que los dos partidos disputen, a veces la victoria sobre la base de apetitos de camarilla burocrática o de influencias locales. La alta finanza que vigila el panorama se reserva para si la parte del león. Si la Banca  Morgan empujó a Wilson a la guerra en 1916 para salvar sus empréstitos europeos comprometidos, el futuro presidente de Estados Unidos contará, indudablemente, con asesores no menos poderosos. Eisenhower no ofrecerá ninguna sorpresa. Es un varón prudente.

Articulo publicado en el Diario Democracia

Edición del sábado 12 de julio de 1952 (Pág. 1)

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