JAPON ANTE UNA DISYUNTIVA

Las Barreras del dólar Ahogan el Resurgimiento del Comercio Oriental

Por Victor Almagro

EXCLUSIVO

PARIS. — La estricta dictadura del dólar ha vencido las posibilidades de expansión de las sobresaturadas naciones europeas que a pesar los esfuerzos pacificadores elevan la voz presentando sus quejas. Francia ya ha tropezado con Alemania en los mercados sudamericanos e Inglaterra recuerda su “generosa” política de libre-cambio frente a las restricciones norteamericanas que traba la importación  de sus productos.

En el Oriente, la situación tampoco es simple. La derrota del Japón liquidó uno de los más peligrosos competidores norteamericanos en el mercado mundial, por la gran producción de su industria ligera a bajo costo, pero firma del tratado de paz y su transformación en baluarte “democrático” le ha dado suficiente margen para emerger.

La dinastía del Monopolio Mitori ha demostrado que es más perdurable que la de los emperadores v la voz de los industriales de Kobé-Osaka resuena ya en las antesalas, de Washington. Algunos políticos Japoneses, entre los que se encuentran los que asistieron a la conferencia económica de Moscú sin autorización del gobierno, preconizan el intercambio con China comunista.

Las últimas declaraciones de mister Eden anunciando el retiro de Inglaterra de China comunista, ha despertado la codicia del viejo imperio nipón y la voz del jefe del Departamento de Comercio, del Ministerio de Comercio Exterior, anunció públicamente que el gobierno solicitaría a los Estados Unidos una derogación de las excesivas restricciones que impiden el intercambio.

Los industriales del acero, hierro y aceites han decidido realizar en conjunto una campaña para lograr la restauración del antiguo comercio.

Por su parte la China de Mao-Tse-Tung no se muestra reacia a ese intercambio sino que por intermedio de la organización oficial China Export-Import Corporation, ha enviado a la  Comisión por el intercambio con China, que tiene sede en Tokio, un plan muy concreto de intercambios: Enviarles carbón y minerales de hierro contra chapas galvanizadas y onduladas, tubos de acero y cobre. En segundo término los chinos tendrían interés en textiles, hilos de rayón y telares. El plan es interesante ya que los productos ofrecidos constituyen la base de la industria japonesa, pero las restricciones impuestas por los norteamericanos se refieren concretamente a los productos que solicita China.

La gran producción japonesa de artículos “populares” necesita mercados amplios y las limitaciones actuales de los países del Commonwealth han dado un rudo golpe a la exportación japonesa. Por otra parte el proyecto norteamericano de aplicar un derecho elevado al atún japonés, que constituye una de las fuentes fundamentales de entradas, amenaza el equilibrio interior de la economía nipona. Un “crac” económico en Japón pondría en peligro el baluarte “democrático” de Oriente, ya que el pueblo sospecha mucho sobre las ventajas de la “protección” norteamericana.

La disyuntiva no es muy clara: se abren libremente los mercados occidentales para que la industria japonesa entre en competencia con EE. UU;  o se arriesga un conflicto interior.  Los astutos industriales Japoneses prefieren la flexibilidad política.

Artículo publicado en el diario Democracia

Edición del Viernes 27 de Junio de 1952 Pág. 1

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