A Ceferino Maestù por Jorge Abelardo Ramos

D. Ceferino Maestù
Pinar 5.
Madrid

Estimado compañero:

Con creciente sorpresa he leído su carta. Vivimos una época despiadada- la hora premonitora de un mundo concluido- y las voces solitarias del pensamiento revolucionario no encuentran muchos ecos. Por eso sus líneas, tan francas, tan desenvueltas, tan españolas, poseen para mí una importancia sintomática. Ellas corroboran que la nueva generación de España, más allá de la política circunstancial, se está planteando los interrogantes básicos de nuestro tiempo.
Aun no he conocido a Puente: tenemos un amigo en común y supongo que ha sido Puente quien ha hecho llegar a España ejemplares de mi libro. También me ha sido dado a leer un artículo suyo publicado en “La Hora”, órgano del Sindicato Universitario, sobre los problemas latinoamericanos, en cuyo texto me alude. Es probable que mi amigo venga uno de estos días a verme con Puente.
Debo confesarle también mi asombro por el hecho de que “América Latina: Un País” haya podido encontrar un recibimiento tan notable en medios juveniles que no son de formación marxista. Pero desde cierto punto de vista esto no puede resultar extraño. En los últimos veinte años hemos asistido a una corrupción política y teórica sin precedentes del “comunismo” stalinistas, que por su fuerza financiera y numérica lleva la voz cantante en la escena mundial. Para nuestra generación, por ejemplo, nacida a la vida política con la revolución española, el marxismo estaba aparentemente representado por el stalinismo. Pero si “eso” era marxismo, nosotros no éramos marxistas. A través de sus hilos de conexión con la política contemporánea, protegiendo su continuidad y su pureza. Cuando el método marxista, un instrumento de investigación de la realidad social, es aplicado con la misma objetividad con que un cirujano distingue en el cuerpo los tendones y los músculos, los resultados deben atraer forzosamente la atención de todo testigo no comprometido con los opresores.
De ahí se deriva la fertilidad del marxismo, es decir, su flexibilidad dialéctica para introducirse en los pliegues y repliegues de la fluyente realidad histórica, Vd. se refiere a la distinta concepción del mundo que profesa y que lo separa vitalmente del marxismo revolucionario. No creo que este tema pueda discutirse mucho pues concierne a cierta aptitud subjetiva para la religión y a un estilo de pensamiento determinado en gran parte por la formación personal. Una autocritica de los fundamentos de la cultura no es reemplazable por si Vd. se interesase por estudiar los libros clásicos de Marx y Engels, estoy seguro que le abrirían un nuevo ángulo de visión.
Le propongo sostener regularmente un intercambio epistolar y canjearnos libros y periódicos de Argentina y España que resulten de interés reciproco. Respóndame sobre este punto.
Le ruego me informe detalladamente sobre la organización y resultados polémicos de las conferencias realizadas en Madrid sobre los tres libros que me menciona en su carta; el de Trotsky, el de Maurin y el mío. ¿Que se ha hecho de Maurin? ¿Donde se encuentra?
Debo pedirle, ahora, un favor; hay alguna posibilidad de conseguir en España la reedición de mi libro. Como usted debe saber, la edición fue secuestrada hace un año por la Comisión Parlamentaria presidida por el diputado Visca. Parece que no les gusto mi interpretación del rol de San Martin (era el año Sanmartiniano).
Este secuestro, publicado en los diarios de todo el continente, dio gran publicidad al libro. Naturalmente, la distribución en América Latina fue muy deficientemente realizada por la Librería distribuidora, por lo que estimo que una buena edición española convenientemente distribuida, podría tener éxito. Podría Vd. interesarse en hacer las averiguaciones correspondientes.
Podría hacerme llegar regularmente “La hora”. Por mi parte le enviare los materiales que juzgue de interés para Vd. antes de hacerlo, desearía que me hiciera conocer específicamente los temas que prefiere.
Le envía un cordial saludo revolucionarios,

Jorge Abelardo Ramos
Toda la correspondencia e impresos a:
Casilla de Correo 240, Buenos Aires, ARGENTINA

5 de Marzo de 1951

También te podría gustar...