A Jorge Abelardo Ramos por Rodolfo Puiggrós

Mí estimado amigo Ramos:

Siguiendo una práctica, que la larga ausencia convierte en acto reflejo, respondo sobre el pucho a su carta del inolvidado 4 de Junio. Lamento incluirme en la nueva versión de su “R. y contra R. en la Argentina”, pero le agradezco su reconocimiento de que mi árbol siempre verde me capacite para rodearme de morenas y volcanes, libros, alumnas, mientras me reservo bastantes musas para proseguir el combate revolucionario.
Seria positivo para usted, y una alegría para mí, que concretara su viaje a México. Un habitante radicado y sedentario de esta ciudad, de costumbres modestas y sin familia, de nuestra desdichada clase media, podría aguantar un mes con 300 dólares. Como usted no pertenece a esa categoría ciudadana, y viene además a conocer y no se conformara con asomarse a la vida urbana, estimo en un mínimo de 600 dólares lo que necesita para que no debamos subvencionarlo o remitirlo de vuelta en uno de los veloces pájaros voladores de la Peruana, que es la compañía que le recomiendo por su baratura y facilidades de pago.
En cuanto a las posibilidades de su viaje al otro país no como turista sino como lo que es, la semana próxima hablare con el embajador que es mi íntimo amigo, y veremos cuál es su respuesta. No deseo crearle la menor ilusión, pero si quiero asegurarle que esa gente procede con el más amplio criterio, que no existen los prejuicios que a nosotros nos dividen, que desprecian al gordo y que una intervención mía puede ser que facilite los trámites. La única dificultad que veo es el conflicto que puede crear su presencia en los mangoneadores de la obra de otros. Por ese lado es probable que se pongan reparos al viaje. Como faltan algunos meses habrá tiempo de sobra para las consultas pertinentes.
Estoy trabajando en varias líneas latinoamericanas: los cursos de verano de la Universidad que se inician la semana próxima sobre Integración Latinoamericana, la reapertura del “Centro de Estudios Latinoamericanos” (clausurado a fines de 1963 y donde dicte clases en 1961, 62, 63) y la organización con brasileños y mexicanos de una “Unión de Intelectuales Latinoamericanos”, cuya declaración de Principios le mandare muy pronto. Dicto, por añaduria, la cátedra de “América Latina” en la Escuela de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad (quinto año de diplomacia) con las cátedras de Marxismo en la Escuela de Economía y la de Antropología Filosófica en la Escuela de Antropología e Historia me he convertido en un adoctrinador de la juventud mexicana
No descarto que usted pronuncie algunas conferencias en alguno de esos centros. En cuanto a sus colaboraciones en diarios o revistas mexicanos prefiero que esperemos su presencia aquí. O que usted me envié artículos que yo pueda mostrar adelantándome a su viaje. Lo más difícil de regularizar con los colaboradores extranjeros es el pago. Las remesas de dinero a Cesar Tiempo me hicieron salir canas verdes. Lo mejor es tratar el asunto a la mexicana cuando usted venga, es decir, de macho a macho, en la jerga de estos pagos.
“La época de Mariano Moreno” es el único libro que reeditaría sin someter a una revisión. Le ruego se le ofrezca, como tercera edición, a sus amigos celtas. Y lo felicito por su fecundidad en la autocritica de las dos reapariciones de sus libros que me anuncia.
Conocía el reportaje que le hizo “Marcha”. Figura el recorte en mi archivo, ahora por partida doble. El titulo tanguero es un acierto. Dio en el clavo.
Saludos a Methol; le escribí en 1961 y estimo que ha llegado la hora de la respuesta. Su referencia al otro amigo me satisface, pues me demuestra que no me he olvidado todavía de que soy porteño en aquello de “que te recontra por las dudas”
Escríbame. Le hare conocer novedades sobre lo que queda pendiente en lo anterior. Un abrazo

Rodolfo Puiggrós


PD. Sábado 12: acabo de hablar con el embajador y transmitirle su deseo de visitar el país que el representa. En cuanto tenga la contestación se lo hare saber.


Rodolfo Puiggròs

También te podría gustar...