Alta Gracia homenajea a Jorge Abelardo Ramos

21/06/2008. Por Daniel V. González

Gobernaba Onganía, quien se proponía permanecer durante “veinte o treinta años” en el poder, según había confesado. Ramos presidía el PSIN (Partido Socialista de la Izquierda Nacional) y su particular enfoque de la historia nacional, de las izquierdas y del peronismo encontraba un campo fértil en las nuevas generaciones que se incorporaban a la vida política del país a comienzos de los setenta.
Desde que, a los 27 años, Ramos publicara América Latina: un país, su pluma y su acción política estuvieron enderezadas hacia la lucha por la unidad latinoamericana. Con el paso de los años, el “trotskismo” de sus años jóvenes y la referencia en parámetros internacionales de su posición política fueron reorientándose hacia el escenario de América Latina y Argentina. Fundó la Izquierda Nacional, tomando distancia del socialismo y comunismo vernáculos, que tenían los ojos y el alma puestos en los fenómenos políticos de Europa o Asia y que jamás pudieron entender la naturaleza de la política argentina y, principalmente, del peronismo.
Ramos fue quien interpretó y explicó desde el marxismo, el movimiento nacido el 17 de octubre de 1945. Sus libros y su oratoria brillantes formaron parte de la formación de la generación que hoy gobierna el país.
La irrupción de Perón lo hizo repensar la historia y política argentinas a la luz del colosal movimiento que marcaría para siempre a la sociedad argentina. Desde entonces acompañó al peronismo desde una posición independiente y crítica. En setiembre de 1973, el FIP (Frente de Izquierda Popular) llevó en sus boletas la fórmula Perón-Perón y obtuvo casi un millón de votos. Desde 1989 y hasta su muerte, ocurrida en octubre de 1994, apoyó críticamente el gobierno de Carlos Menem del que fue su Embajador en México entre 1989 y 1992.
Durante la mayor parte de los años del Proceso militar residió en Alta Gracia, junto a su esposa Andrea Piccini y sus hijos Martín, Paula y Ximena. En respaldo a la recuperación de Malvinas en 1982, escribió algunas de sus páginas más brillantes.
De pensamiento audaz, incisivo, siempre polémico, Jorge Abelardo Ramos reinterpretó la historia argentina a la luz de su militancia política. En 1994 propuso que el partido que presidía, el MPL (Movimiento Patriótico de Liberación), se incorporara al peronismo, lo que se concretó después de su muerte.
Este hecho y su apoyo crítico a Carlos Menem en los últimos años de su vida le valieron el rechazo y la incomprensión de algunos de sus antiguos seguidores quienes le reprocharon haber tomado distancia de las banderas históricas del peronismo primigenio.
Probablemente el pensar la política argentina con audacia y despojado de los límites que suelen imponer ideologías oxidadas, haya sido el rasgo esencial de su militancia política, de sus textos y de su vida prolífica. Así se acercó al peronismo en 45, cuando el resto de la izquierda abominaba del General y así también respaldó a Menem cuando el “progresismo” lo rechazaba.
De todos modos, cualquiera sea el cristal con que se evalúe su obra, su pluma brillante y su audacia intelectual ponen a Abelardo Ramos en la cúspide del pensamiento latinoamericano.

Nota publicada en La Mañana de Córdoba el 21 de Julio de 2008.

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