Intervención efectuada por Jorge Abelardo Ramos en la Convención Nacional del Movimiento Patriótico de Liberación


Intervención realizada por Jorge Abelardo Ramos

13 de Octubre de 1990

Cuando se considera la situación del gobierno argentino y de su Presidente, la propia pasión y la angustia que consume a la mayor parte de nuestro pueblo tiende a aislar, de acuerdo a la tradición balcanizadora, a nuestro país del resto de los de América Latina, a que poca gente juzgue bien al Presidente y a que la mayor parte lo juzgue muy negativamente. La llamada política de ajuste (reducción de gastos del Estado, reducción del personal empleado, venta de las empresas del Estado, generalmente delictuosa (con el fracaso que le será consiguiente y que ya está a la vista) ha sido considerada por parte del peronismo y toda la partidocracia, como una especie de conversión mágica del partido gobernante. Sería la antítesis del programa expuesto por Menem el 14 de mayo y que originó, como sabemos, su triunfo categórico.

Aunque esto es cierto con relación a la Argentina, habría que ampliar un poco la visión, para tratar de entender que es lo que está ocurriendo en el conjunto de la América Latina, México y el Caribe. Llegaremos entonces a la conclusión de que la política de Menem no es sólo la suya. Se trata de un fenómeno de alcance internacional. Abarca centros vitales del Tercer Mundo. Antes se consideraba que América Latina era una especie de clase media entre los desposeídos de los países semicoloniales. El peonaje indefenso o el proletariado harapiento del Tercer mundo se encontraba en ciertas partes de Oriente y de África. La América Latina alcanzó, a pesar de su formidable dependencia económica, un relativo nivel, cierta calificación económico social, en cuanto a la retribución del trabajo, al ingreso nacional, un poco mayor que la que se supone que hay en ciertas partes del sudeste de Asia. Precisamente por esa causa existe un carácter bastante uniforme en las políticas de los gobiernos de América Latina. De modo tal que no es posible decir que ésta es solamente la política de Menem. También es la política de Collor de Melo en Brasil, la política del Presidente Lacalle (blanco) en Uruguay, de Fujimori (independiente) en Perú, del reciente Presidente de Chile Alwin (demócrata cristiano), la política de Cerezo en Centro América. Asimismo es la política de Carlos Andres Perez en Venezuela, la de Borja en Ecuador, la de Salinas de Gortari en México. Es y ha sido la política de Balaguer en Santo Domingo.

Esto quiere decir que debemos contemplar la crisis argentina en una escala mayor. Resulta insuficiente reducir el problema a la persona del Presidente o de sus hombres de confianza. El asunto no es así. Hasta hace poco tiempo se tuvo la sensación de que se había operado un evidente retroceso de las fuerzas nacionales, revolucionarias, de América Latina, unida a la idea de que, habiéndose hundido el sistema stalinista en Europa Oriental y en la propia URSS, aparecía ante los ojos del mundo estupefacto, con ayuda de la prensa manejada por el imperialismo, el triunfo del capitalismo de los Estados Unidos. Era una victoria incontestable de la “democracia” frente al “autoritarismo” del mundo socialista. Así lo han interpretado los gobiernos de América Latina, yo diría que sin excepción, salvo el caso de la Cuba de Fidel Castro. ¿Qué es lo que había ocurrido? Se habían agotado, de alguna manera, los ciclos de muchos de esos movimientos nacional-revolucionarios. En muchos casos, dichos movimientos llegaron a ciertos acuerdos con el imperialismo. Habían muerto sus grandes líderes y se había agotado su impulso revolucionario. Aquellos que habían vivido una revolución profunda y categórica, como en el caso del pueblo mejicano en 1910, habían logrado constituir instituciones bastante estables que perduran todavía en el presente. Su fuerza radica en que esa revolución había alterado básicamente las estructuras arcaicas del viejo sistema de terratenientes y capitales extranjeros.

Por esa razón México se presenta todavía como uno de los raros países latinoamericanos que tienen el mayor grado de independencia y que conservan de una manera muy clara el dominio del Estado en lo que ellos consideran zonas estratégicas esenciales. Entre ellas el petróleo (PEMEX). El petróleo mexicano, nacionalizado por Cárdenas, no se ha privatizado. Todo el sistema de bocas de expendio en México es de PEMEX. No hay una sola estación de servicio, como se ve aquí, de la Shell o de la Esso. No van a privatizar nada que tenga que ver con la soberanía ni con la afluencia de dinero. PEMEX le da a México el 30% de sus ingresos y no lo van a privatizar. El caso de Venezuela tiene características distintas pero de algún modo se vincula también a los éxitos pasados del movimiento nacional democrático. Acción Democrática, fundada por Rómulo Bentancourt y cuyas proposiciones fundamentales se tomaron del APRA y de la revolución mexicana, tiene nacionalizado el petróleo. Eso les da una relativa mayor estabilidad, menor que México, sin duda, pero mayor que la de otros países. El conjunto de los Estados restantes que no han logrado mantener las conquistas revolucionarias de corte nacionalista, como en el caso del Perú de Velazco Alvarado y la Argentina de Perón, se han encontrado y se encuentran en una situación de enormes dificultades. Es que ha faltado, en lo que se refiere a la Argentina, esa asociación tan estrecha de la clase trabajadora, del pueblo más pobre, de los sectores democráticos del Estado y del Ejército. Dicha alianza permitió, en 1945 – 1955, las grandes conquistas sociales y nacionales del peronismo. El régimen era contradictorio y difícil de clasificar por la sociología convencional. El compañero Carlos Díaz ha recordado, con razón, la caracterización específica que en su tiempo nuestra tendencia formuló para aproximarnos a la comprensión del peronismo. Fue un régimen bonapartista “sui generis”, propio de un país semicolonial.

EL BONAPARTISMO NO ES BURGUES NI SOCIALISTA
El bonapartismo no es ni burgués ni socialista. Se trata de un sistema de equilibrio relativo entre las clases internas. Sería reiterar un error en el que incurrimos hace décadas, afirmar que el gobierno peronista era un régimen burgués. En realidad, no lo era, aunque en esa época, donde izquierdistas y liberales lo juzgaban como “fascista”, nuestra enunciación causó un escándalo. En la Argentina, la burguesía es un grupo semiclandestino que a veces se ve obligado a huir del país, como en el caso de Broner, o de Gelbard y pedir asilo en los EEUU. Tal es el destino de la burguesía entre nosotros. Carecemos de un gobierno burgués, del mismo modo que no lo tuvimos en la época de Perón. Por el contrario, Perón atendió los intereses de la burguesía, aunque más bien quiso crear una burguesía. Un ejemplo parecido lo proporciona la Bolivia de Paz Estensoro en su época de los años 40 y 50. Paz Estensoro decía que el MNR necesitaba crear una burguesía nacional inexistente. Ellos eran nacionalistas. Pero habían leído en los textos de Europa que era inconcebible un país sin burguesía nacional. Parecía que la historia no podía prescindir para su desarrollo de esa clase social. Efectivamente trataron de crear una burguesía. En realidad, en esta operación “cesárea”, nació un grupo comercial industrial financiero más próximo a la actividad especulativa que a la producción capitalista. Perón no lo anunció tan claramente, pero actuó en esa dirección.. ¿Qué otra cosa significan los prestamos industriales a bajo interés, anulado por la inflación? Todo eso no quiere decir que el suyo fuera un gobierno burgués. Se trataba de un gobierno bonapartista, sostenido por el Ejército. Atendía a un conjunto de intereses de clases nacionales y arbitraba entre ellas.

El poder creado en ese período en este momento está en ruinas. Allí coexistía un sector del capital extranjero muy reducido, un sector muy importante en el área del cooperativismo, un sector de capitalismo de Estado. Había también grupos burgueses nacionales, muy pequeños. Desde ya, no estamos obligado a adoptar las palabras y las categorías que se usan en Europa. Esto era algo distinto. El que resolvía “desde arriba” la armonía de todos los antagonismos era Perón. Si Perón hubiera sido un representante directo de la burguesía no hubiera impuesto (antes que los sindicatos lo reclamaran) aumentos de salarios, superiores con frecuencia a las tasas de inflación.

LA POSICIÓN EN QUE SE ENCUENTRA AMERICA LATINA ES DUAL, PERO ELLOS SON GERENTES
No queremos hacer historia. Queremos, en cambio, ver la posición en que nos encontramos, la posición en que se encuentra América Latina en este momento. La posición en que se encuentra Latinoamérica actualmente es dual. Los gobiernos procuran adoptar actitudes de complacencia hacia los Estados Unidos, sobre todo el presidente de la Argentina que quiere ser el primero en la carrera de concesiones y de negociaciones con Norteamérica. Se trata de demostrar que aquí, en Argentina, hay un gobierno democrático, una total libertad de prensa. ¿No se ha desprendido el gobierno de los medios de comunicación, los canales de televisión? ¿No está dispuesto a privatizar las radios? Dice el gobierno Argentino a los EEUU: “tenemos buena voluntad, vamos a pagar la deuda”. Como sugería Kissinger, vamos a entregar Empresas del Estado. Estamos pagando una cuota de 40 millones de dólares mensuales, que no es una pavada, casi 500 millones de dólares anuales, anticipándose a los reclamos del imperialismo. Por esa razón yo comparto la crítica del compañero Diaz al texto del compañero Guerberoff respecto al tema de que el imperialismo impone al gobierno argentino la política. El imperialismo no le impone ninguna política. El presidente es el que dice y hace esas cosas. Somos nosotros mismos, digamos, los que decimos al imperialismo: “Por favor, mírenos un instante, somos amigos y aliados verdaderos”. Luego envía dos barcos al Golfo. Los dos barcos al Golfo no son solo la ruptura de la posición clásica de la neutralidad argentina. La neutralidad argentina tuvo causas mucho más honrosas que esta. En este caso se trata de una intervención militar en un país revolucionario del Tercer Mundo. Esto es mucho peor. Ahora bien, el que se enteró por tele de la decisión del gobierno argentino fue Bush. Pero Bush quiere cosas concretas. Son gerentes. Si Bush no hubiera sido director de la CIA y ahora presidente, seguramente habría sido gerente de una planta envasadora de carne de Chicago, o algo así.

Ellos quieren dinero. Por eso, Bush lo primero que hizo, fue pasar la alcancía. Los japoneses dijeron “no vamos a mandar a nadie, pero les damos plata”. Se creó una caja para aplastar al pueblo iraquí. En resumen, esos dos barcos nacieron de aquí. No es una imposición del imperialismo, que acusó recibo y mando un telegrama felicitando al presidente. Naturalmente, aunque es una ayuda simbólica, no hay duda de que contribuye al despliegue estratégico que el imperialismo montó contra Irak. Pero esto esta queriendo decir, para definir un poco el momento actual, que la Argentina en primer lugar y otros países de América Latina en segundo lugar, quieren demostrar, con las políticas de ajuste y las privatizaciones, que están dispuestos a llegar a un acuerdo con los Estados Unidos, modificando la política clásica de sustitución de importaciones y de industrialización, que tuvo lugar durante la guerra y en la posguerra, por la apertura total. Esta podría llegar hasta el libre comercio entre las “Tres Américas”.

En consecuencia, Salinas de Gortari, el Presidente Menem, Alwin en Chile, Paz Zamora, que es nada menos que presidente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Bolivia, todos ellos también hacen la política del ajuste. Paz Zamora continúa la línea liberal iniciada por Banzer y por Paz Estensoro. ¿Qué es lo que se pretende con semejante política? Estos presidentes pretenden que los EEUU respondan con una contraprestación especifica. ¿Cuál es? Hace pocos días se ha reunido en Caracas el Grupo de Río, al que se van a incorporar dos países más. El grupo de Río va a estar integrado por los 10 u 11 países de más peso económico y demográfico de América Latina. Además de Brasil y la Argentina, lo integran Venezuela, México y Chile. Ahora se incorporan países del Pacto Andino. Este grupo es, de hecho, un bloque de presidentes al margen de la OEA. Los presidentes se han encerrado en una reunión hermética, como acostumbran, sin dar ninguna información al periodismo. Lo que indica que esas reuniones son serias. Se han reunido a debatir graves problemas. Saludan retóricamente al plan del presidente Bush de establecer un sistema de libre comercio en el continente, en condiciones equitativas.

Ese es el único y breve comunicado que han dado a conocer. La palabra “equitativa” resulta muy dura ante el imperialismo, si se considera la prudencia con que los presidentes de la pequeño burguesía latinoamericana, hoy en el poder, se manejan. “Equitativos” quiere decir iguales y sino, no. Ese es el asunto.

EL IMPERIALISMO NO HA PERDIDO LAS GARRAS
Reina en estos gobiernos una gran alarma desde los acontecimientos de Panamá. Hace dos meses estalló la crisis del Golfo, por la decisión de Husseín de ocupar parte de su propio territorio. Así se desencadeno un formidable despliegue militar, el mayor desde que tuvo lugar la agresión británica contra nosotros en las Malvinas. Todo esto quiere decir una sola cosa: es que el imperialismo no ha perdido ni los dientes, ni las uñas, ni las garras. Un simple acto de independencia verdadera parece conmover el sistema mundial. Ese acto de un pequeño país como Irak, que toma posesión de Kuwait, origina una crisis planetaria. Irak y Kuwait suman el 25% de las reservas mundiales probadas de petróleo. Así como había en la civilización griega Ciudades-Estados, en la época contemporánea se inventan Yacimientos-Estados. El imperialismo crea un Estado donde hay un yacimiento.

Hace años advertí públicamente que se corría el peligro de que la perfidia inglesa declarase sorpresivamente la independencia política de las islas Faklands, con un Primer Ministro (el barman de Puerto Argentino) y fuese reconocido en el acto por los EEUU y las Naciones Unidas. Ese peligro no ha hecho mas que aumentar. Antes los Estados se creaban por ideales e intereses nacionales. Ahora un yacimiento crea un Estado y no un Estado un yacimiento. Tales son los príncipes del Golfo -delincuentes todos-, una pandilla de asesinos y ladrones de la costa conocidos desde la Segunda Guerra Mundial. Luego recibieron títulos nobiliarios a cambio de convertirse en títeres de las grandes potencias. Eso era Kuwait.

Cuando se alcanza el acuerdo Gorbachov – Bush se pone término a la Segunda Guerra Mundial y se inicia el desmoronamiento del poder stalinista, se dice que ha triunfado el capitalismo y la democracia en todas las partes del mundo. El socialismo era una pura utopía policial y el imperialismo ha dejado de existir. Justamente en ese momento Hussein desencadena una crisis de alcances internacionales. Al mismo tiempo, sin alharacas, el Grupo de Río inspira ciertas formas de políticas latinoamericanas coincidentes. Esta tendencia, por mas moderada que sea, es el elemento para facilitar la transformación de América Latina. El panorama se integra con la ruina del stalinismo, el resurgimiento de la idea de la integración latinoamericana, la crisis del Golfo y el comienzo amenazante de una profunda recesión en los Estados Unidos.

De este cuadro tumultuoso se desprende que al cuento de la democracia triunfante y la muerte del socialismo se lo lleva el viento. Todo esto nos obliga a que pensemos las cosas de nuevo. No solo sobre el concepto del socialismo o el nacionalismo. ¿Qué ha ocurrido en la URSS?, o ¿Qué puede ocurrir en la Unión Soviética? Nosotros somos luchadores por una nueva sociedad, por un socialismo criollo, bien nuestro, donde este privilegiado el interés del conjunto de la gran mayoría o, como decía Santo Tomas, el bien común. A nosotros nos tiene que interesar lo que está ocurriendo en la Unión Soviética. ¿Cómo no nos iba a interesar!?. Eso merecería, si hay tiempo, que lo debatiéramos también, y si no hay tiempo, merecería que nuestra prensa dedicara varias páginas a Trotsky, que es el verdadero profeta de nuestra época y el que explicó, hace cuarenta años, hacia donde iba la Unión Soviética. Es allí donde hay que estudiar la cuestión en este momento. Nadie dice una palabra y mucho menos los trotskistas cipayos, agentes del imperialismo.

EL IMPERIALISMO NO TIENE SENTIDO COMUN, ES UN SISTEMA DE DEPREDACIÓN
En relación con lo que nos interesa ahora hay, por un lado, la tentativa de los Presidentes latinoamericanos de decir sí, hacemos el ajuste, porque queremos una contraprestación: queremos que Estados Unidos nos abra una corriente de capitales, que facilite el crecimiento industrial. . En eso consiste el asunto. Se trata de una reformulación de la utopía de Arturo Frondizi. Hace mas de treinta años Frondizi y Frigerio postulaban reiniciar la industrialización de Perón con el apoyo del imperialismo. No querían enfrentarse con los EEUU. Esa era la tesis de Frondizi y de Frigerio, fórmula que tradujeron como “estabilidad y desarrollo”. Estabilidad financiera, peso estable y desarrollo económico. Esa posición de nacionalismo negociador (y capitulador) fue lo mas osado, atrevido y lo mejor que tuvo el radicalismo. Imaginemos que serían los otros radicales.

El frondizismo fue una tentativa de la pequeña burguesía radical para cumplir esa meta: industrializar el país con el capital extranjero. La tesis de Frondizi era: “que venga el capital extranjero, que encontrará buenas condiciones, somos razonables”. Y al mismo tiempo procuraba defender la industria nacional y mantener el respeto a la CGT. Frondizi legalizó a la CGT que estaba intervenida por los “democráticos” de la Revolución Libertadora. Era, pues, una tentativa nacional, democrática, pequeño burguesa, que debía desenvolverse con la ayuda del imperialismo, si el imperialismo tenía sentido común. Pero el imperialismo no tiene sentido común. Eso no lo entendió Frondizi y no lo entiende el gobierno actual. Ciertamente, no tiene sentido común. Es un sistema de depredación.

El imperialismo se encuentra en una fase crítica. No ha hecho otra cosa que sumir al mundo en el siglo XX en las guerras más horrorosas que recuerda la humanidad, en términos cuantitativos. Tan solo la última guerra del sistema capitalista ocasionó 50 millones de muertos, de los cuales 20 fueron de la Unión Soviética. Eso es el imperialismo y eso es el capitalismo. Vale la pena recordar al siglo de la ilustración, el siglo XVIII. Se trataba de otro sistema cultural en el cual comenzaba a despertar el espíritu burgués, aunque bajo la forma de cultura y la crítica al gobierno aristocrático.

Un día le presentaron al joven Luis XVI y a su corte a un inventor, cuyo nombre no recuerdo. El inventor presentó a la corte una especie de arma, precursora de la ametralladora que aparecería 100 años más tarde. Ese modelo de fusil podía disparar algo así como 100 balas por minuto y devastar cualquiera de las viejas unidades de infantería de las guerras clásicas. El autor del proyecto llevó los planos e hizo una demostración ante el rey y la corte. Pero su iniciativa fue rechazada por Luis XVI que, horrorizado, le reprocho su crueldad excesiva. Luis XVI que sería guillotinado poco después por los defensores de los Derechos del Hombre, dijo que el inventor era un verdadero enemigo de la humanidad. El episodio ocurría en las vísperas del triunfo político de la burguesía.

Las clases dominantes no han mejorado con el tiempo. Lo que está ocurriendo ahora con respecto al imperialismo es que este no ahorra un solo minuto en dar lecciones a los países de América Latina. Al día siguiente en que el gobierno argentino anunció el envío de las naves al Golfo, el Embajador norteamericano declaró que tal gesto de “amistad” no modificaría ninguna de las exigencias planteadas por los acreedores internacionales y las negociaciones económicas, ni con nosotros ni con ningún otro país de América Latina. No voy a describir aquí, ya lo han hecho otros compañeros, que es lo que está haciendo el gobierno. Las medidas súper liberales, la desregulación, la deuda externa. No voy a dedicarme a detallar o a condenar retóricamente el conjunto de medidas gubernamentales sobre las cuales tenemos opinión formada. Los políticos no somos antologistas de quejas, descriptores de hechos que están en la prensa. Nuestra tarea aquí es diseñar la conducta que adoptaremos ante esta situación sorprendente, cuyo resumen es: somos una corriente revolucionaria en un gobierno popular que practica una política contradictoria con su naturaleza social.

Solo señalaré que no hay salida por la vía de esta política ni de ninguna de las políticas adoptadas por los gobiernos latinoamericanos, a excepción de la creación del Mercado Común con el Brasil, Uruguay y Paraguay, que debemos apoyar enérgicamente y sin vacilaciones. Es el gran hecho reclamado por la historia. Los que más han avanzado en el peligroso camino de la apertura son los mexicanos. He escuchado en privado quejas de Salinas de Gortari. En una pequeña reunión que tuvimos en Abril, en ocasión de la Asamblea de la ALADI, dijo lo siguiente: “Hemos abierto el mercado mexicano con arancel cero a los EEUU. Pero la corriente comercial contraria, aquello que debería ocurrir, que es la exportación de productos mexicanos pasando a la frontera norteamericana, hacia ese formidable mercado de los Estados Unidos, eso no ocurre” dijo, y cortó bruscamente el tema.

En Buenos Aires, en un ambiente mucho mas amplio, en un desayuno de trabajo con sectores diplomáticos, Salinas de Gortari dijo que llega la mercadería mexicana a la frontera y tiene enormes dificultades para pasar. Para ir mas allá de las palabras del Presidente de México diré que se trata en este caso de productos fruti-hortícolas y textiles. El capitalismo norteamericano ignora las doctrinas económicas y defiende cada rubro de su producción, así sea producción primaria. El famoso libre comercio tampoco aquí funciona equitativamente. El régimen económico y social del obrero norteamericano y del obrero mexicano o latinoamericano determina que disponiendo nosotros quizás de maquinas no tan avanzadas como las de Estados Unidos pero retribuyendo al trabajador con remuneraciones mucho mas bajas, el costo es menor. La calidad es pareja y puede competir, como lo hace Japón desde el punto de vista de la tecnología avanzada. Nosotros lo hacemos con el sacrificio de la clase obrera latinoamericana.

En consecuencia, la idea general, ya arcaica, de que la libertad de comercio de un país avanzado respecto de un país atrasado puede arrasar con ciertas formas de industria, es una verdad a medias. Es cierto en parte, pero no le permite a EEUU la competencia en textiles, por ejemplo, o la de las carnes argentinas, que son mejores y de mas bajo costo. En la Argentina, como en México, la “apertura” comercial actúa en una sola dirección, la que conviene a los intereses extranjeros. EEUU no practica ningún tipo de apertura. Hace algún tiempo, como ustedes saben, integré con Cavallo la delegación argentina a la reunión para la discusión de aranceles del GATT, en Puerto Vallarta. Le advertí al Ministro y a los dos técnicos que estaban conmigo que era gastar plata, tiempo y saliva: que no iban a sacar nada. Si los gobernantes latinoamericanos persisten en fingir que sacaran algo beneficioso del GATT, el FMI o el Banco Mundial, este autoengaño solo se explica por su extrema debilidad y el temor que los asedia de enfrentar al imperialismo. Temor, ilusión, ignorancia de la historia (o todo esto combinado) tal es el clima actual de los gobiernos latinoamericanos. La idea de que es posible negociar con el imperialismo desde una posición de debilidad no es nueva.

Antes mencioné a Frondizi, pero también Perón, hacia 1953, acarició con cierta esperanza pronto defraudada, esa posibilidad. Con el seudónimo de Descartes, publicó un articulo en el diario “Democracia” en el que afirmaba: “Por fin hay un Presidente en los Estados Unidos”. El General Einsenhower había sido elegido y el triunfo del Partido Republicano y de un militar hicieron creer a Perón que el antagonismo entre la Argentina y EEUU, muy áspero con el Presidente Truman, podría situarse en el marco razonable de un acuerdo de conveniencia mutua, de un acuerdo entre iguales. Pero el imperialismo no es razonable ni cree en la igualdad.

LA TENTATIVA DE APERTURA NO CONDUCE A NINGUN LADO
Con esto quiero señalar dos cosas. Por un lado, la tentativa de apertura no va a ninguna parte. La apertura hacia los EEUU carece de perspectiva porque EEUU teme a la apertura. Ustedes dirán: deberíamos ser nosotros, los que defendamos el carácter nacional de nuestras industrias y de nuestras tecnologías, los que deberíamos temer una confrontación. EEUU tiene graves objeciones, no contra el Mercado común norteamericano del cual se ha hecho eco la prensa de Buenos Aires: Canadá, México y EEUU. Eso ni hablar. No quiere un Mercado Común real con México, ni tampoco México lo quiere, como dijo su Presidente. Porque esto significaría concesiones políticas. México no quiere el Mercado Común de ninguna manera. Y EEUU no lo desea por razones económicas. Si hubiera un Mercado Común; bienes, servicios y personas de México (los despreciables “espaldas mojadas” mexicanos) entrarían por millones a los EEUU. ¡Cuantos productos de elaboración primaria podrían ingresar y disputar el mercado! Entre los fruti hortícolas, por ejemplo, se habló del melón. No me refiero al honorable diputado del mismo apellido, ni siquiera al diputado Manzano. Me refiero al melón, como fruta. Los interesados y los gestores norteamericanos que defienden el mercado en los EEUU se oponen, se oponen, por ejemplo, al ingreso del melón desde México. Parece que el melón preocupa mucho en los Estados Unidos, es una de las cosas que falta a sus gobernantes. Pero ya ven que, aunque parezca mentira, los más mínimos intereses sectoriales cuentan en EEUU con algún diputado o senador que los defienda, así sea el melón.

Quiero decir, entonces, que vamos a vivir el fracaso de esta política. De la misma manera que se está viviendo a gritos el fracaso de las privatizaciones. No es el mismo caso de México, porque en México la revolución de don Emiliano Zapata generó una burguesía nacional relativamente fuerte, que está adquiriendo efectivamente las Empresas del Estado, sin hablar de las organizaciones sindicales que han asumido la propiedad y la administración de parte de ellas. Esta política fue una de las metas de Perón y del General Savio. Está en la ley inicial de Somisa. El pensamiento de Savio era: no tenemos empresarios privados fuertes pero las necesidades de la defensa hacen que precisemos de Fabricaciones Militares y de la producción de acero. Vamos a hacerlo. Poco a poco vamos a ir distribuyendo las acciones, decía Savio, porque no es competencia del Estado, no es competencia nuestra, el estar ocupándonos de que la gente llegue a horario o del “timing” de los mecanismos de la producción y comercialización. Pero cuando quisieron vender acciones aquí, la burguesía nacional, es decir los burgueses nacionales que son mitad delincuentes, mitad coimeros y mitad corruptos, no podían o no querían comprar. Así, cuando se decía que Somisa era una empresa mixta, jurídicamente era cierto, porque efectivamente había accionistas privados que tenían 5 o 6 acciones. Tipos del establishment criollo, civil militar, civiles de confianza o profesionales. Por ejemplo, funcionarios que tenían veinte o treinta años en Somisa y poseían 5 o 6 acciones. Era una ficción, pero no la burguesía. Se trataba de que no teníamos burguesía.

La burguesía nacional, en su mayoría, si disponía de un dólar que le daba Perón para producir algo, lo llevaba a Punta del Este, que nació gracias al dinero que les daba Perón para fines productivos. Así se formo Punta del Este, con el robo de los bienes nacionales a través de créditos generosos, otorgados porque Perón intentaba desarrollar la burguesía nacional. Pero, entre nosotros, la así llamada burguesía nacional, es indiferente a la Patria, no piensa en sí misma como clase y adolece de tal cobardía que resulta incapaz de toda gran empresa histórica. En América Latina veremos, en consecuencia, un fracaso creciente de las privatizaciones y de la “apertura”, salvo, quizás, en México, por la consolidación de relativa de un empresariado capitalista nacido en la Revolución de 1910 e integrante del sistema de poder dominante.

La política de “apertura” y “modernización” es llamada erróneamente “liberal” o “neoliberal”. Su verdadero nombre y contenido es “colonial” o “semicolonial”. No se trata de una política de Menem o de la Argentina. Todos los gobiernos de América Latina la han adoptado -excepto Cuba- y sus frutos serán semejantes. Se avanza hacía una catástrofe social. Dicha política deberá ser modificada si el pueblo latinoamericano rehúsa suicidarse. En la Argentina cabe esperar un giro tan espectacular como el realizado por Menem cuando asumió el gobierno, en Julio de 1989. Recordemos que ese inesperado nuevo rumbo no sólo se originó en el caos legado por Alfonsín, sino que era el corolario de 35 años de contrarrevolución y de agotamiento de los dirigentes peronistas. Menem se encontró, además, con un inexistente “corpus” de empresarios argentinos capaces de asumir el papel de una clase burguesa. Clara lección: sería una verdadera utopía concebir a la burguesía nacional como una fuerza coherente capaz de impulsar o, al menos, dirigir la movilización de los recursos del país.

Acá, ustedes saben, hemos tenido industriales, pero no hemos tenido burguesía industrial. Hemos contado con ciertas formas de industrialización generadas por la lucidez y el patriotismo de Perón -junto con el estímulo de las crisis mundiales- pero no con una burguesía industrial. Burguesía industrial es indisociable, ante todo, de una revolución industrial y cultural. Esta revolución industrial no logró hacerla Perón. Esa fue una de sus omisiones esenciales. No situó en un primer plano la requerida y formidable crítica de la cultura aristocrática para generar una intelectualidad equivalente a la que ocupó la escena en el Siglo de la Ilustración, que preparó las condiciones para la Revolución. El cambio espiritual de Francia ante el viejo régimen fue el marco del progreso económico. Acá no hubo nada, ni remotamente semejante. Al fin y al cabo fue una de las fallas derivadas del echo que Perón fuera un hombre del Ejército. Fue un gran patriota, aunque con grandes limitaciones. Cuando cayó, apareció la ideología de la vieja Argentina, de izquierda a derecha, como si nada hubiera pasado, para no hablar del presente.

HAY ALGO QUE PUEDE FAVORECER EL DESTINO COMUN
¿Hay algo de lo que está sucediendo que pueda favorecer el destino común? Si, es la marcha hacia la unidad de América Latina. Es el hecho más importante que ha ocurrido desde el tratado de Tordecillas, hace siglos, cuando el Papa decide distribuir entre el Reino de Portugal y el Imperio español las nuevas tierras. Esa división iría a constituirse en el fundamento de la primogenitura inglesa en el sistema de poder de la América Latina. Mediante una separación y una hostilidad reciproca entre portugueses y españoles, que comienza con el Tratado de Tordecillas y que continúa, ya con Braganza y con la República del Brasil, prevalece la influencia británica. El antagonismo entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Imperio del Brasil, esa separación entre estas grandes masas continentales, de importante gravitación poblacional, económica y política, fue uno de los elementos, me atrevo a decir que el más decisivo, de la frustración nacional latinoamericana.

Eso ha concluido. No vamos a indagar las razones del grandioso acercamiento porque nos llevaría demasiado tiempo. Lo que yo quiero decir es esto: estamos unidos con el Brasil. Este hecho obliga a moverse como las limaduras de hierro atraídas por el imán, a todas las Repúblicas hermanas, algunas que ya están adentro, como el Paraguay o el Uruguay; Chile, que corcovea ahí, tratando de hacer convenios bilaterales con otros países, pero que finalmente va a venir. Y, naturalmente, los países del Pacto Andino. Se trata de una unión sin estados hegemónicos. Esto está queriendo decir que en los acuerdos que ya están en marcha, hablamos de un Mercado Común donde los factores culturales van a tener una importancia decisiva. La tarea de revalorización critica de lo que está ocurriendo se revela indispensable. Estamos hablando que entre los países ligados a los convenios del Cono Sur, se creará un espacio de 220 millones de habitantes, donde van a circular – dentro de 3 o 4 años- gente, ideas, bienes y servicios.

ESTAMOS UNIDOS CON EL BRASIL. LA BANDA ORIENTAL SE VUELVE VIABLE
La inviabilidad histórica de la Banda Oriental, nacida precisamente como forma de paralizar mediante la política inglesa tanto al Imperio -que quería hacer del Uruguay una Provincia Cisplatina-, como a nosotros -que lo reivindicábamos como la Banda Oriental de las viejas provincias- ha concluido. Uruguay nació como un Gibraltar Sudamericano, para separar al Brasil y a las provincias argentinas de toda posibilidad de construir una grandiosa alianza de pueblos libres. Ahora estamos unidos. La Banda Oriental se vuelve viable. Todas las poblaciones de frontera están ardiendo de impaciencia por entreverarse. Algunos lo hacen en virtud de la pragmática cotidiana, de cómo escapar a la crisis, que puede ser haciendo un negocito enfrente. Es así, pero esa es la historia menuda, que también forma parte de la historia grande.

Estamos en marcha hacia el espacio humano de 220 millones de almas del que no va a quedar al margen, desde ya, Bolivia. Bolivia tiene en este proceso, el real espacio de salida al mar. Esto es lo más importante que debemos nosotros meternos en la cabeza. La unidad está andando. Resulta esencial comprender que los pasos regionales o subregionales hacia la unidad latinoamericana revisten una importancia infinitamente mayor que las cabriolas que unos u otros hacen para seducir a un tipo tan insensible a las cabriolas como es Bush. Se están moviendo comisiones en las fronteras. Son comisiones locales, integradas por hombres de las poblaciones locales, que quieren desde ya entretejer intereses, más allá de las políticas de las chancillerías, generalmente alejadas de las fronteras. Aún las propias cancillerías, con su pesadez, su anquilosada ideología, están en este momento, trabajando hacia el Mercado Común del Cono Sur.

México, en una posición geopolítica muy particular, mira con cierto recelo este ámbito de poder gigante que se ha desarrollado entre el Brasil y la Argentina. Desea, mas bien, convenios bilaterales soslayando el Mercado Común. Creo que México se terminara moviendo en la dirección deseada, obligado por las circunstancias. Los hechos, en este caso, avanzan mas rápido que las ideas. Pero las ideas deben tomar su lugar privilegiado de profecía y de promesa histórica. Esa es una de las tareas que estamos realizando con el compañero Jorge Neme en México. Estamos luchando para reconstruir una corriente iberoamericana o hispano criolla que desde México, impregne el Caribe y Centro América de este fecundo retorno al programa revolucionario de los Libertadores.

LA TERCERA POSICIÓN HA CADUCADO
Pero también está, para terminar con esta parte, el tema de la posición ante los bloques mundiales. Es un hecho conocido que fuimos, al margen del movimiento justicialista en el que muchos dirigentes notorios habían olvidado las grandes banderas de Perón, los que sostuvimos siempre la Tercera Posición. Apoyamos a una Tercera Posición que tendiera a mantenernos independientes de los bloques que querían, cada uno por sus razones, asociarnos a sus proyectos particulares. Sin embargo, una de las cosas que podemos decir en este momento, es que la Tercera Posición ha caducado. Yo diría que, de algún modo, el consentimiento y la asociación de la URSS para actuar contra IRAK, es un retroceso hacia el stalinismo. El abandono por parte de la inteligencia soviética de toda mención a la revolución socialista y de la hipertrofia de los conceptos llamados democráticos y liberales en boga, parecería indicar que el desarme nuclear, ciertamente bienvenido por todos nosotros (seguras victimas de la locura homicida de los sistemas garantizados de destrucción mutua), esta asociado al desarme de toda perspectiva revolucionaria para el Tercer Mundo.

Creo haber enviado al MPL desde México algunos artículos de científicos y políticos soviéticos en los que se analiza la nueva orientación sobre el Tercer Mundo y la situación de América Latina. No digo que sea una opinión oficial pero, al parecer, esta bastante generalizada. En términos “científicos” se podría traducir, mas o menos, como “que se las arreglen”. Yo diría que acá y en este momento hay dos mundos: esta lo que hemos llamado hasta ahora el Tercer Mundo y el universo de las grandes potencias: capitalistas, socialistas, y seudo socialistas (ahora democráticas). He visto el otro día en un diario mexicano una foto muy sugestiva. Revela que el péndulo de la historia se mueve tanto en un sentido como en el otro. No sabemos lo que va a suceder en la sociedad soviética, pero es útil tener en cuenta que en la foto que yo vi aparecía una manifestación de regulares dimensiones realizada en Moscú, donde se enarbolaban carteles e imágenes con dibujos y fotos de Nicolas II, el Zar de todas las Rusias. En suma, era una manifestación zarista, 73 años después de la Revolución de Octubre. Nosotros estamos dispuestos a discutir el formidable fenómeno social de la URSS. Si lo que allá ocurre puede ser un retorno al capitalismo o una transición al socialismo. Es una discusión deseable y necesaria. Pero hay una cosa concreta: estamos en un mundo y ellos, todos ellos, están en otro. Ya no esta el Tercer Mundo. Hay pueblos y naciones coloniales y semicoloniales, con gobiernos revolucionarios o con gobiernos conservadores o capituladores, que se encuentran en un campo definido de la historia. Y por el otro los países capitalistas, imperialistas, los ex socialismos burocráticos (que hoy aspiran a ser semicolonias del imperialismo europeo) y, en fin, la Unión Soviética, donde se derriban las estatuas de Lenin. Nosotros estamos, a no dudarlo, en el primero de estos bloques.

SOMOS POLÍTICOS, NO VÁSTAGOS DE PARMÉNIDES
Me referiré ahora a la discusión que tuve oportunidad de conocer desde México a través de numerosos documentos. Comentaré brevemente algunos. Las posiciones se han ido diseñando en nuestro movimiento a raíz de la acción gubernamental que desarrolla el sistema de fuerzas nacido el 14 de mayo. Voy a referirme a la posición que nuestro movimiento como parte del Frejupo, casi diría como inventor del Frejupo, ya que fuimos nosotros los que propusimos en La Rioja su constitución, debe asumir en la situación actual. He leído numerosos documentos sobre este debate. Todos saben que formulé algunas observaciones escritas. También es conocido que parte de dichas observaciones fueron substraídas del ámbito del MPL por provocadores no identificados, infiltrados en nuestras filas, y publicadas en conocidos órganos oficiosos de los servicios de inteligencia. Por otra parte, creo que todas las opiniones que he escuchado son legítimas. Es cierto que, algunas, como las de Napoleón Verdadero, son provocadoras. Pero se trata solo de un ex afiliado, aunque protegido por afiliados. Hay otros compañeros que manifiestan esas posiciones, aunque no de una manera tan agresiva. Me parecen muy atendibles las invocaciones de orden histórico, aunque en algunos casos se manifiestan como extrapolaciones impropias. El compañero Cangiano cita una frase o concepto mío, publicado creo que en Marzo de 1946. Trata de contraponerlo con opiniones que yo tuve luego. Eso es inevitable. La característica de los políticos es que se contradicen, o que se rectifican. De otro modo serían doctrinarios inmóviles, vástagos de Parménides.

Pero yo tengo la impresión de que precisamente en este debate estamos, con diversos matices, en presencia de dos criterios: uno de doctrinarios y otro de políticos. A su vez, entre los que llamaría doctrinarios, se distinguen dos puntos de vista. Uno, categóricamente opuesto al gobierno, propone que nos vayamos de los cargos que ocupamos y abramos fuego sobre el oficialismo. Estimo que tiene un error inicial. Nosotros fuimos actores y colaboradores del triunfo. Nadie nos ha dado nada. Antes de las elecciones, el compañero Guerberoff preparó una lista de cargos para ocupar por miembros del MPL, que se presentó al candidato presidencial. Fue y es una alianza política entre partidos y clases sociales. El compañero Cangiano en sus documentos y en su exposición de ayer, olvidando esto, sostiene una posición de ruptura total. Hay una variante, ligeramente más moderada, expuesta por el compañero Blas Alberti, y, la que comprendía a las dos anteriores que es la del Secretario General. A diferencia de estas posiciones, existe otra tesis, que es la que yo sostengo, que está expresada por los compañeros Fontdevila, Santander y Ana María Gómez. Ellos opinan que que este proceso tiene las características políticas que todos suscribimos: es una catástrofe y va, probable aunque no seguramente, hacia otra catástrofe. Pero señalan que nosotros debemos emplear las distintas posiciones que tenemos dentro del Estado para desarrollar, afirmar y consolidar nuestro movimiento a fin de que, cuando llegue el diluvio universal, seamos más fuertes que hoy. Esto va, sin decirlo, en caso de no producirse un viraje en la política del Presidente, hecho que no hay que excluir. Pero quiero señalar que tal juicio, aun acertado, no sería suficiente justificativo para permanecer en el gobierno del que formamos parte.

Al respecto, recordemos que cuando tenía algo así como 15 o 16 años, Marx le escribió una carta a su padre desde el lugar donde se encontraba estudiando. Y, como buen niño prodigio que era, encontró la manera de tirar sobre la mesa una idea sugerente. Le dijo al padre algo así como que “se había propuesto resistir al embrujo, al encanto, del dominio de las ideas abstractas”. Ahora somos nosotros los que tenemos que resistir a ese encanto de las ideas abstractas. Vivimos en un mundo, infortunadamente, muy concreto. En tal sentido me llaman la atención en distintos escritos que subrayé, algunas observaciones de varios compañeros, que rondan el universo de las abstracciones.

A NOSOTROS NOS TOCA UN POQUITO DEL MERITO DE LA FUNDACIÓN DE LA UOM
En una carta que me envió el compañero Blas Alberti, texto que después se difundió bajo la forma de un documento interno, caracterizaba a la UOM como una expresión “fosilizada y arqueológica” y agregaba que el peronismo “era un movimiento muerto”. Esta expresión de Alberti es un ataque, no tanto a Lorenzo Miguel, sino a la misma UOM. Yo participé de un grupo muy juvenil, en el año 44, que fundó la UOM. Esto no lo sabe Cangiano, ya que no se encuentra escrito, aunque no todo lo que es cierto está escrito y no todo lo que está escrito es cierto. Una idea interesante de Hillaire Belloc es que hay que confiar más en la historia oral que en la historia escrita, ya que la historia escrita hace siglos puede haber sido elaborada por un turiferario, letrado de un Príncipe o un conspirador, por algún mentiroso de oficio. Si dentro de 100 o 200 años, alguien encuentra documentos que demuestran que la política exterior de Alfonsín ha sido digna, nadie podrá saber que tales documentos habrán sido escritos por Caputo. Entonces, decía Belloc: “es posible que la tradición oral sea más imperfecta y ambigua, pero es muy difícil de falsificar, ya que es obra colectiva. El documento escrito esta hecho por alguien Por eso es mucho mas probable que a través de la tradición oral se conserve mejor algo de lo que ocurrió en el pasado”.

Yo formé parte de un grupo pequeño, en nuestra primera juventud, que también integraba Carlos Díaz. Algunos compañeros de ese grupo, bajo la iniciativa de Angel y de Adolfo Perelman, el primero obrero metalúrgico, y de la decisión de Aurelio Narvaja, fundaron la UOM. Entre otros muchos de allí salió Carpio. De modo que a nosotros nos toca, lo mismo que otros compañeros, un poquito del mérito de la fundación de la UOM. Recordemos que en el año 44 ya había otro sindicato, que dirigía Muzio Girardi, denominado Asociación de Obreros de la Industria Metalúrgicos y Siderúrgicos. Los metalúrgicos constituyen el meollo, el núcleo dinámico del proletariado industrial, que es a su vez el reducido núcleo de la clase trabajadora argentina. Si algo ocurre en el campo del movimiento obrero, debe nacer de la posición que ocupa la industria metalúrgica en la estructura económica y social de la Nación.

LOS OBREROS VOTARON Y DIERON SU CUOTA SOCIAL AL SINDICATO
Tal es la realidad. Recordemos también que Lorenzo Miguel, era tesorero en la época de Vandor. Luego del asesinato de este en manos de los Montoneros, asumió la Secretaría General, pero no fue impuesto por nadie, tan solo por los obreros. Cuando la dictadura cívico militar reciente determinó que no hubiera retención obligatoria de las cuotas que la ley establecía, lo que les da posibilidades económicas a los trabajadores sindicalizados para hacer funcionar su organización, los militares y sus asesores creían, como eran sordos y ciegos a la vida, que de esa manera los obreros se sacarían de encima, por fin, a los detestados burócratas. El General Videla tenía en esto el mismo punto de vista que el Partido Comunista, los trotskistas y el izquierdismo pequeño burgués. Vale decir, que los obreros son, de alguna manera, sometidos y llevados de allá para aquí por los burócratas corrompidos. Esa era la opinión de Videla y, también, la del PC. En cambio, los obreros percibieron que debían votar una posición inequívoca y dar la cuota espontáneamente. Se dieron cuenta que estaba en peligro una institución que los había defendido siempre y que sus dirigentes eran esos y que no había otros. Los “otros” que encontraban provenían de grupos trotskistas o stalinistas, reducidos grupos pequeño burgueses, siempre dispuestos a decir disparates. Lorenzo Miguel no era igual que “los otros”. No vayan a creer que Lorenzo Miguel es algo muy distinto de lo que era nuestro compañero Carpio, que tenía un gran olfato de clase, un sentido especial para defender los intereses gremiales. Es un caso similar al de las compañeras del SACRA, que son compañeras gremialistas. ¿Están planteando cosas raras?. No, ellas están luchando por personería gremial, el salario. No hay nada mas concreto que el salario y la jubilación. Eso era Carpio. Así son los obreros. Por eso el mundo de la izquierda tradicional, de los partidos, los grupos intelectuales, tomaba como ejemplo del burocratismo a la UOM, a Lorenzo.

El compañero Blas, al calificar de “arqueológica” y “fosilizada” a la UOM, se refiere a una institución del país que nace en el año 44 y que representa a un sector militante (hoy a la defensiva) de la clase obrera argentina. Lorenzo, dentro de unos pocos días, va a viajar con el Presidente, en el avión presidencial, a verlo al Papa. De allí seguirá a Polonia y a la Unión Soviética. El jefe del sector industrial de la clase obrera acompaña al Presidente y desalienta cualquier tentativa de ruptura general del sector que se encuentra más a la “izquierda”, digamos así con perdón de la palabra, de Lorenzo, que es Ubaldini. Lorenzo desalienta cualquier tentativa de ruptura general. Los dirigentes sindicales, como toda la sociedad argentina (sobre todo los que votaron a Menem) están esperando que algo ocurra. Y algo va a ocurrir en algún momento. Pero por ahora no sacan los pies del plato.

EL ASUNTO ES OCUPARSE DE SHUBEROFF Y NO DE LA UOM
Quería señalar que, así como el compañero Blas, destacado intelectual del partido, afirma tales cosas respaldado por su autoridad académica, uno podría decir, perfecto, Blas podría habernos dado a nosotros, en estos años, un manifiesto sobre Shuberoff, que es el rector de la Universidad y el jefe directo de Blas. En otras palabras, el tipo de célebre incompetencia que maneja la Universidad de Buenos Aires en nombre del alfonsinismo. Blas no se ha ocupado Shuberoff. Se ocupa de la UOM. Sin embargo Shuberoff es mucho más importante para los intelectuales, desde el punto de vista de la lucha intelectual y crítica en la Universidad, que lo que es la UOM. Sería absurdo que Lorenzo Miguel lo mandara a Curto a la Facultad de Filosofía y Letras a repartir volantes para decir como diablos debe determinarse la orientación filosófica de la Universidad. Ahora bien, nosotros, desde el ángulo de la Facultad de Filosofía y Letras ¿Le estamos aconsejando a la UOM cuál es su deber, cuál es el modo de cumplir sus fines y cómo obrar frente a Menem? No, esto no es así. Por otra parte, resulta tentador hacer un análisis comparativo entre la institución UOM y otra, que podría ser, por ejemplo, la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA a la que pertenece Blas (a justo título, diría yo). ¿Cuál de las dos es más fosilizada, más arqueológica y más putrefacta? La respuesta no sería difícil. Yo diría que es la Facultad de Filosofía y Letras. Blas aparte.
NO SEREMOS INSTRUMENTO DE NINGUN GRUPO PERONISTA CONTRA MENEM
Como es obvio, esto tiene un significado político. Sobre todo si se asocia al concepto que ha desarrollado el compañero Blas en fijar como centro de sus ataques periodísticos al Presidente Menem, no sólo en la prensa partidaria, donde tendría, desde ya, pleno derecho. Desde siempre cada compañero ha tenido la posibilidad de expresarse en ella como quiso, por cierto que dentro de las líneas generales de una estrategia que debe ser adoptada por la mayoría. Pero en este caso se trata que el compañero Blas está atacando duramente a Menem y a Monseñor Quarracino en la revista “Linea”. Al mismo tiempo que nosotros le hacemos un reportaje a Quarracino en “La Patria Grande”, por su parte Blas lo ataca en la revista “Linea”. Debemos explicar que dicha revista cumple actualmente un papel muy especial. Se trata de un órgano periodístico personal de Rubén Contesti, ex diputado peronista, rosarino, radicado hace años en Buenos Aires, con el que hemos tenido buenas relaciones. Contesti sostuvo una posición política esencialmente correcta durante un tiempo. Dado el carácter sumamente móvil de las ondas submarinas, geológicas y tectónicas del peronismo, en este momento Contesti es el jefe de asesores del Vicepresidente de la Nación, Dr. Eduardo Duhalde. Y como es el jefe de asesores del Dr. Duhalde, Contesti ha borrado su nombre y el de sus colaboradores habituales de la lista de redactores de la revista “Linea”, como puede verificarlo cualquiera de ustedes. Simplemente, ha desaparecido de la lista. Por el contrario, ha puesto al frente de la revista peronista, a un socialista amarillo, ligeramente pútrido, que se llama Emilio Corbiere. Este hombre es, al mismo tiempo, quien escribe y difunde artículos infamantes contra el MPL en “El Informador Público”, con el seudónimo de Mosco, gracias a la colaboración clandestina y desleal de algún afiliado infidente, o de algún provocador profesional. No sé si ustedes me siguen en esta de Sherlock Holmes.

Ahora bien, Duhalde, y con él Contesti, especulan, según versiones, especulan sobre un plan conspirativo para obtener la destitución del Presidente Menem mediante el juicio político, en combinación con los radicales y con los diputados peronistas disidentes. Esto ya lo anticipó hace algún tiempo Alfonsín, explicando que una cosa así debería realizarse, en una noche, en horas. Mediante los buenos oficios de Contesti, Duhalde toma la revista “Linea”, que le ofrece su jefe de asesores, y descarga en el editorial del último número (donde escribe el compañero Blas) un largo proyecto de lucha contra Menem. Llama, inclusive, a usar siglas no justicialistas para combatir todos los candidatos menemistas, en nombre de una literatura política nacionalista y antiliberal. La misma revista, cuyo mascaron de proa es el amarillo Corbiere, elogia a Duhalde y combate a Menem. Duhalde va a estar en algún momento respaldado, sin duda, por el embajador Todman, por los diputados peronistas disidentes y, naturalmente, por Alfonsín. Estos hilos, no demasiados sutiles, los mueve Contesti.

Lo que yo quiero señalar con esta historia, es lo siguiente: los compañeros del partido tienen todo el derecho a ejercitar sus opiniones en la prensa partidaria, pero no pueden ser utilizados por el Vicepresidente de la Nación para atacar al Presidente. El Vicepresidente de la Nación y su jefe de asesores, usan a socialistas pútridos o semi pútridos como Emilio Corbiere, o a dirigentes destacados y respetables como Blas Alberti, para atacar al Presidente, al cual él personalmente no ataca. Todo lo contrario, cuando habla, Duhalde se refiere al ajuste o a la drogadicción. Usan a otras fuerzas, a compañeros nuestros, por ejemplo, para fines políticos que ellos no se atreven a abordar por su cuenta. Algo parecido ha ocurrido, de algún modo, con el órgano que dirige Luis Rodríguez, que supo ser muy hostil a Menem, creo que hasta hace algunos números. Ahora parece que ha cambiado la orientación de la brisa. Los dirigentes sindicales, que, como es lógico, están echando espuma por la boca (nosotros también), no se atreven a decir las cosas que escribe Luisito Rodríguez en su periódico, pero lo usan para él diga lo que ellos no se animan a plantear de frente.

Después de decir eso, por boca ajena (del MPL), se suben al avión del Presidente y se van a Roma a verlo al Papa. Luego seguirán a Varsovia para encontrarse con Walesa. También el compañero Balmaceda escribe cosas con la simpatía de Zanola, Secretario General de los Bancarios, del que Balmaceda es colaborador. Pero Zanola no firma los artículos de Balmaceda. Los firma Balmaceda. En otras palabras, los que “van al frente” son Balmaceda, Luisito, Blas, es decir, el MPL. Tenemos todo el derecho de decirle a ciertos peronistas: “Si quieren enfrentarse con Menem, háganlo por su cuenta, saquen ustedes la cara”. Hagamos sí una política independiente del gobierno, equivocados o no, pero seamos nosotros mismos los que decidamos. No somos instrumento de nadie. Estimo que queda claro que hay compañeros que están siendo usados por fuerzas del peronismo que prefieren no enfrentarse abiertamente con Menem. Y usan nuestra pluma, nuestras figuras y nuestro periódico para combatir a Menem. Estos dirigentes peronistas, no quieren sacar los pies del plato o no se atreven a hacerlo. Son políticos concretos. Pero no creo que debamos ser objetos de esa manipulación.

UN NUEVO CONCEPTO EN LA DISCUSIÓN PARTIDARIA: EL “CLIENTELISMO”
Quiero también referirme al concepto de “clientelismo”, empleado insólitamente por el compañero Cangiano, que se vincula al empleado por Blas sobre la UOM. Es la primera vez que escucho este concepto en una discusión partidaria. Ustedes saben que “clientelismo” proviene de clientela y esta vinculado, en la historia de las ideas, a la clientela romana. Marx tiene una célebre frase que contiene dos errores. Se sobreentiende que un hombre capaz de haber pensado como Marx y de haber enseñado a pensar la historia como él, puede permitirse dos errores y más aún. Ojalá cualquiera de nosotros pudiera cometer solamente dos errores. Los destaco aquí porque precisamente se vinculan al concepto del compañero Cangiano. La frase de Marx dice, más o menos, así: “En la antigua Roma el proletariado vivía a costa de la sociedad y en el capitalismo moderno, la sociedad vive a costa del proletariado…” Lo primero es falso. Lo segundo también lo es.

Proletariado se llamaba en Roma, no a esa clase social en el sentido industrial, tal como nosotros hoy la conocemos, amenazada de extinción por el avance irresistible de la robotización (aunque ese es otro tema). Ellos denominaban proletariado a los sectores más pobres, que solían tener numerosa prole. Eran las familias romanas desposeídas, marginales e inestructuradas que, en un numero importante, dependían de los favores y de los subsidios que les dispensaban los Senadores patricios, titulares de los latifundiae romanos. Pero no se trataba de obreros industriales. Eran “clientes” e iban, como las “claques” teatrales de otros tiempos, a aplaudir y apoyar a sus protectores. Después recibían trigo, leche y espectáculos. Era una plebe subsidiada y la base política del Senador patricio. Tal el proletariado romano y por eso se le llamó “clientela”. Eran clientes del dador. Pero lo que importa ahora es el sentido en el que el compañero Cangiano usa la palabra “cliente” o “clientelismo”. Cangiano la emplea para criticar a los compañeros que han ocupado u ocupan puestos en el gobierno municipal, provincial o nacional y se han preocupado, entiendo que como corresponde, como es su deber, en procurarle trabajo o cargos públicos a otros compañeros o compañeras del movimiento. Esto lo sabemos. No es ninguna novedad. No vamos a acusar de “clientelismo”, por ejemplo a Després, que fue Director de catastro en San Luis o a compañero Zoppi, que fue Director de la Obra Social de la misma provincia. Tales cargos no cayeron del cielo, ni nacieron de la simpatía del Gobernador Rodríguez Saa por la Revolución Nacional. Procedieron del esfuerzo del MPL y de una alianza política con Rodríguez Saa, del que podría decirse cualquier cosa, menos que se parece a un Lenin puntano o a San Francisco de Asís. ¡Si habrá repartido jabones gratis, el compañero Zoppi! ¿Verdad?. ¡Y toallas!. Daba y daba, sin cesar. Yo pienso que si en lugar de esto, hubiera sido Director de la Obra Social y no hubiera dado a la gente que lo necesitaba un empleo, o jabón, o muestras gratis, lociones para el pelo, todo ese genero de gauchadas que se pueden hacer desde una Obra Social, nosotros en el partido hubiéramos dicho: ¿Usted está trabajando nada más que para gozar de su cargo de Director? O, sino, a Després: ¿Solo para ser Director de Catastro?. No, usted está ahí para servir al pueblo, a los afiliados. Esto ya lo teníamos conocido de antes.

Después llegó en Misiones, por convenios políticos celebrados gracias a nuestra capacidad militante, un importante cargo que es el de Secretario de Estado en el área de Planificación, que ocupó el compañero Chin Cabral. Este, por supuesto, ha distribuido y dado cargos (entre 60 y 70 empleos) que no solo permiten que la gente reciba un sueldo para malvivir en estas circunstancias, sino que permiten a estos compañeros usar las posiciones para la lucha. Es el poder, parte del poder. Es poquito, si, pero es algo. Entre poquito y nada es preferible un poquito. Pero, aparte, hay algo que implica una categoría socio-moral en la expresión “clientelismo” empleada por Cangiano y por algún otro compañero. Es un matiz despectivo. El compañero nuestro que recibe un empleo o un modesto cargo, es el cliente del compañero al que, en esta ocasión, le tocó ser dador.

EL TERMINO “CLIENTELISMO” SE ORIGINA EN LOS ESTABLOS DE LA SOCIOLOGÍA
El dador, en esta forma de razonar, le da algo a alguien, ese es su cliente, o sea que le está subordinado. Se ha escuchado, en esta reunión, que el que le sirve café a otro compañero en una oficina pública, también lo vota a él. Eso no es así, más bien es una injuria sociológica. Este concepto de “clientelismo” tiene sus orígenes en los establos de la sociología. Cuando en 1958 Risieri Frondizi (hermano del que fuera Presidente) encabeza la Rectoría de la Universidad de Buenos Aires, arriba Gino Germani. Este era un positivista italiano que funda lo que se denominó la “Carrera de Sociología”, donde consagra ciertos criterios con origen en el neopositivismo norteamericano, para aplicarlos a las condiciones de la sociedad argentina. Germani importa y también difunde, el concepto de que el peronismo es una especie de “fascismo de izquierda”. Esa es su contribución, ya patentada en los EEUU. Además es de ese origen sociológico, por así decirlo, la palabra “clientelismo”, que se adopta y adapta a los gobiernos populares que los sociólogos cipayos llaman “populistas”.

La palabra “populista ” es despectiva, la palabra “popular” claramente expresiva. Si nos remontamos a la historia, Irigoyen fue una especie de padre del “clientelismo”, menospreciado por el fundador del Partido Socialista, Juan B. Justo, que descalificaba esta práctica como “política criolla”. En una sociedad no muy industrializada todavía, Yrigoyen sostenía a miles, centenas de miles, de hombres muy modestos de las clases humildes y de las clases medias en formación con lo que, en aquella época de mi infancia, escuche que se llamaba “el nombramiento”. El “nombramiento” era el rollo que entregaba Yrigoyen al empleado designado. Llegó a haber casos en que había partidas previstas en ningún lugar del presupuesto. Yrigoyen, contra lo que se dice de él, era partidario de actuar en forma inmediata. En estos casos, si tenía en su despacho a un correligionario desvalido o una mujer viuda o abandonada, el no quería que salieran de allí sin el “rollo”. Cuentan que un día se encontró sin partidas y resolvió el problema designando a un correligionario viudo, muy pobre y cargado de hijos, como ama de leche en la policía de la Capital Federal. Después, al cabo de un tiempo, se cambió el “item”, pero ya había sobrevivido con su sueldo por haber hipotéticamente amamantado con su pecho a los hijos de los vigilantes.

SOMOS POLÍTICOS Y NO DOCTRINARIOS VACUOS
Eso era “clientelismo” acá. “Clientelismo” era el gobernar del Presidente popular en un país semicolonial. El “clientelismo” lo hizo en gran escala y sistemáticamente, desde ya, Perón. La gente lo amó a Perón no solo porque pronunciaba lindos discursos. Lo amó porque, además, le daba algo esencial para vivir. Los conservadores tenían otro punto de vista. No daban nada y la gente los odiaba. Ahora, como entes, la gente ama al que le da algo, ya sean ideales, un empleo, una esperanza. Al respecto creo que la relación odio-amores muy clara, tanto en la sociedad como en orden personal. Si uno le da una bofetada a alguien, ese alguien no puede recibirlo como mensaje de amor. Ahora bien, si uno le da un beso, una mirada cálida, este hombre o esta mujer, se sienten reconocidos se establece un diálogo personal o interpersonal, que puede llegar inclusive mucho mas allá del gesto de amor inicial. Si lo llevamos al orden de la política, no hay duda de que el vocablo “clientelismo”, tiene el matiz despectivo de los sociólogos de los grandes países centrales, que solo ven a la América Latina como un sistema primario, de toma y daca, de caudillismo, coima y compadrazgo. Sin embargo, lo que ellos denominan “clientelismo”, se da en Vargas, en Velazco Alvarado, en Yrigoyen, en Perón, en todos los grandes caudillos. En una sociedad todavía inarticulada, no estructurada, que carece de grandes industrias, el empleo público resulta una ayuda imprescindible, lo que se vio claramente en el gobierno de Yrigoyen.

En una época de industrialización, donde sobraba trabajo, Perón protegió al obrero con la legislación por despidos y a los no estructurados con la Fundación Eva Perón, que daba muebles, colchones, empleos, y asistencia social directa en casos de emergencia. ¡Clientelismo puro!. En conclusión, el “clientelismo” quiere decir, según el sentido que le imprime el compañero Cangiano, así como la “fosilización” que le atribuye Blas a la UOM, que estos compañeros se oponen globalmente al sistema de poder, al Frejupo y al peronismo. Sin duda, se ven allí cosas que son repugnantes, intolerables. Pero si alguien propone salir del sistema de poder del Frejupo diciendo que ahí esta el peronismo tal cual es, junto con nosotros, el MID, el partido Conservador Popular y no sé quién más, por lo que debemos romper con el Frejupo o preparar la ruptura, esta demostrando que es un doctrinario. Pues eso es lo que hay. Eso es lo que la historia quiso, es lo que la historia ha podido dar. No diría que es una orquídea, más bien se asemeja a un cardo. Pero aunque sea un cardo, es lo único que tenemos. Si se sale de este sistema infernal de fuerzas contradictorias solo le queda pensar que enfrente está el otro: el mitin del indulto, organizado por la Juventud Radical de la Capital Federal, por los ocho diputados peronistas disidentes (que son los “buenos”), por los cafieristas, por el PC, por el MAS, etc. Ese es el otro lado. Acá no hay capacidad de elección. No es que se salga del caos para entrar en el cosmos. De algún modo, esto, así cuasimódico como es, es un cosmos. ¡Lo otro sí que es el caos!. Desearía ahora terminar con el tema del “clientelismo”. No diría que en el caso de “clientelismo” que mencionaré, el honor sea para Blas Alberti que recibe el cargo, sino para el gobierno que lo ha designado Investigador Principal en la Carrera Científica del CONICET. Se trata de uno de los escasos cargos de gran importancia científica en la Argentina. Esta designación se origina en Matera -a quién le hablé del asunto- y en Menem. ¿Eso está mal? ¿Tendremos que pedirle a Blas que renuncie? Es que hay algo de moralismo pequeño-burgués izquierdista en todo esto.

El compañero Guerberoff dijo ayer que hay en este momento dos tendencias en el partido: los complacientes y los historicos. Yo no soy histórico ¿Habrá otros?. Cangiano, quizás, o Guerberoff, que no son complacientes. Por mi parte digo simplemente que no somos ni una cosa ni la otra. Somos políticos y no doctrinarios vacuos. Yo me pregunto ahora si este es un movimiento político o si, por el contrario, estamos destinados a constituirnos, como hace cuarenta años, en un grupo de teóricos. No teníamos, en ese momento, otro camino. Éramos muy jóvenes y le dábamos a la teoría que daba miedo. Hacíamos revistas tan complejas que había que hacer un curso para leerlas. Grupo básicamente doctrinario, estábamos obligados por la historia a estar perdidos: tres en Santa Fe, Carlos Díaz en el Chaco, otro dos por acá. Era lo que la historia nos podía ofrecer, no podíamos hacer otra cosa. Si queremos nuevamente hacer eso, hoy podemos repetirlo. Ahora bien, si este es un movimiento político, la cosa es diferente.

En este momento estoy trabajando para que el SACRA tenga personería gremial. He hablado del tema el otro día con el Presidente en Olivos. Le he pedido esto específicamente. Vamos a ver si se logra. Si se obtiene la personería gremial para el SACRA, que significaría ser reconocido como parte constituyente del movimiento obrero, votar en los Congresos, tener acceso al Fondo de Obras Sociales, etc ¿a cual Central se van a afiliar? ¿A la de Ubaldini o a la de Andreoni? Ustedes imaginarán que con respecto a Andreoni tenemos un punto de vista especial. Tenemos también otro, quizás mejor, con respecto a Ubaldini, no estoy seguro. Pero el SACRA ¿qué es?, ¿un sindicato o un grupo político feminista? ¿A que Central se tiene que afiliar?. Se tiene que afiliar a la CGT a la cual el Presidente que la da la personería gremial quiera. Son las contraprestaciones del poder. Ahí harán lo que les parezca. Son un sindicato y los sindicatos deben luchar por sí mismos. En primer lugar, mira por sí mismo. Que sus principales autoridades sean también destacadísimas dirigentes del MPL, que tengan posiciones políticas me parece perfecto. Pero no es por esas posiciones políticas que las distinguen en la vida nacional que los centenares de miles de mujeres de todo el país las han elegido para dirigir su Sindicato. Las han elegido porque quieren estar en un Sindicato que les ofrezca ventajas, igual que el de Lorenzo Miguel, que el de un textil o el de un cervecero. Debemos despojarnos de todas las estupideces moralistas, pequeño burguesas, chantapufis que han poblado parte del debate. Este es un partido de mujeres y de hombres que quieren luchar. Quieren todo el poder. Eso no se sabe cuando y como se logrará. Pero debemos emplear lo que tengamos de poder, aquí, allí o más allá, para ayudar a fortalecer nuestro movimiento. Afirmamos nuestras posiciones y nuestra mas plena independencia crítica frente al gobierno, como lo demuestra el periódico que todos conocen y con respecto al cual difícilmente se puede decir que sea complaciente, porque si este periódico es complaciente yo me pregunto si el compañero Secretario General Guerberoff, lo ha leído. Creo que esta posición es bastante clara.

Voy a omitir otras cosas un poquito desagradables nacidas de nuestras propias virtudes y defectos en el debate, aunque quiero añadir un punto final. Aquí ya termino. Puede haber en una sociedad tan compleja como la sociedad argentina un golpe militar nacional, o mejor digamos, un golpe militar. Eso es un meteorito que vaga en el espacio. Puede precipitarse a tierra o no. Si no hay golpe, como decían en otra época los muchachos del PCR, hay elecciones. O sea, que en el 91 se presentaran elecciones. Me ha contado Chin que en Misiones, el gobernador Humada quiere hacer un convenio por el que tendría un solo aliado. Ese aliado sería el MPL, por lo cual en el reparto de las achuras, como dicen en el Uruguay, se le darían 2 Subsecretarías de Estado, una Diputación provincial, dos Concejalías y el apoyo total del gobierno a nuestros propios candidatos en El Soberbio. Yo me pregunto, ¿tenemos que mandarle un telegrama a Humada preguntándole por quién nos ha tomado, como decían las mujeres en una época de sepultadas virtudes?. No, yo creo que no. Somos políticos y vamos a ser, donde estemos, lo que hemos sido siempre. No vamos a cambiar ahora. El que suponga lo contrario, diría yo que no ha conocido, a pesar de estar entre nosotros, lo que somos. Finalmente, estas dos posiciones -la política y la doctrinaria- deben plantearse ahora o después bajo la forma de la renovación de autoridades en el partido. Soy partidario de que la elección de autoridades se manifieste en dos lista, cada una de las cuales refleje, en sus cuarenta miembros lo que se ha discutido aquí. Que el partido decida que rumbo va a tomar. Yo creo que esa es la mejor forma, la más económica en tiempo y la más clara en posiciones delimitadas que yo puedo sugerir en este momento.

Gracias

JORGE ABELARDO RAMOS

También te podría gustar...