Eric JOHNSTON

Visto por MAMBRU

De frente y De PERFIL

NACIDO en 1895, el señor Johnston se educó en el Withman Collage y en las Universidades de Boston y Virginia. Téngase en cuenta de que si Boston alberga en su seno la tradición aristocrática de Nueva Inglaterra y las esencias mas ascéticas de los puritanos de Mayflower, Virginia conserva la hidalguía de los señores feudales del Sur, en cuyas plantaciones de tabaco murieron dulcemente varias generaciones de negros. Eric Johnston participo durante la primera guerra en el cuerpo de marina en su calidad de capitán. Posteriormente se intereso por los negocios y fundo la Brown Johnston Co. en 1923. Pero su ambición fundamental consistía en ligarse al negocio de la música.  Para millones y millones de personas en el  mundo entero la música (según dictamina Fracassi) es la impresión producida en nuestro oído por la vibración de los cuerpos sonoros.  Esta definición será pobre pero honrada. A partir de ella, sin embargo, no solamente han hecho su aparición en el planeta numerosos genios  de ese arte sutil, sino que también se ha creado una poderosa industria.

            Su genio artístico le ha permitido colocarse a la cabeza de una de las mayores corporaciones musicales del mundo, que mediante la difusión y comercialización de un trozo de material plástico altamente quebradizo, regula las emociones de naciones enteras. Tenga en cuenta el lector que todo el equilibrio de la gigantesca empresa reposa sobre la fragilidad de la materia que expende.  Eric Johnston ha sido director de la Cámara de Comercio de los EE.UU., desde 1934 a 1941, y posteriormente asumió la presidencia desde 1942 hasta el fin de la guerra.  Pero como posee un genio inventivo, no solamente representa los intereses de la industria liviana en los Estados Unidos sino que también ha intentado convertirse en su teórico. Ha escrito un libro titulado “Norteamérica ilimitada” que constituye la obra de cabecera y el sueño cotidiano de los exportadores de ese país.

Artículo publicado en el diario El Laborista

Edición  del 25 de Noviembre de 1953 (Pág. 6)

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