Ambroise CROIZAT

Visto por MAMBRU

De frente y De PERFIL

NACIO en 1901, vástago de una familia proletaria. Jaurés discutía elegantemente con Paúl Lafargue los limites del idealismo y del materialismo, la social democracia gozaba la paz bendita de un capitalismo en saludable expansión que solo provocaba tres o cuatro guerras al año, pero de carácter localizado. No se trataba de que el mundo vivía en paz, sino de que Europa gozaba de la paz y la prosperidad gracias a la sangre que se vertía en otros continentes. A esto se le reduce el predulio idílico de la guerra mundial de 1914. El joven Croizat no pensaba nada de esto mientras que frecuentaba el taller y aprendía el oficio. La tempestad de 1917 lo vinculo al movimiento sindical francés. Milito en el sindicato de obreros metalúrgicos. Era secretario general de ese sindicato en 1928. Ya el partido comunista había cumplido las depuraciones ordenadas por el Kremlin. Los fundadores estaban excluidos: llegaba el momento de los fariseos. En 1929 Croizat era miembro del comité central del partido comunista. Incorporado a la falange de los que obedecían, es designado diputado por el distrito de Paris. El movimiento de ocupación de fábricas en 1936 lo ve actuar como un temeroso jerarca. El frente popular de ese mismo año es la expresión del pánico  de Blum ante Hitler y ante los obreros franceses, y del pánico staliniano ante una coalición  imperialista europea ante la URSS. La que paga lo platos rotos es la clase obrera francesa, paralizada en su ascenso. Croizat tiene un rol de ejecutante eficiente en esta fiesta macabra de la unión sagrada.

El vuelco de 1939 encuentra a un Daladier decidido frente a los obreros y amedrentado ante las divisiones blindadas nazis. Croizat es detenido, deportado a Algeria, liberado por los aliados y lanzado a la notoriedad publica a su regreso a Francia en 1944. Forma parte de ese “matrimonio de razón” con De Gaulle y en representación del centrismo staliniano es ministro de Trabajo en el gabinete de 1945 a 1947. Mientras la burocracia gobernante de la URSS reacomoda sus filas, Croizat se dispone con toda su alma a decir que si al nuevo amo.

Artículo publicado en el diario El Laborista

Edición del 23 de Junio de 1953 (Pág. 7)

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