Walter ULBRICHT
De frente y De PERFIL
Visto por MAMBRU
NACIO en 1893. Era vástago de una familia obrera. El mismo fue trabajador de la madera y desde 1910 militante sindical. La social democracia alemana había votado los créditos de guerra y el Káiser entro a la contienda con las espaladas guardadas. Ciento diez diputados socialista dijeron que si, menos uno: Carlos Liebknecht. De la crisis de la social democracia debía surgir la Liga Spartacus, aplastada en las calles de Berlín en 1919 por los oficiales Junkers y los dirigentes social-demócratas, Walter Ulbricht ingreso al Partido Comunista en ese mismo año y cuando la Internacional dirigió sus miradas hacia Alemania y comenzó a volcarse en las cajas del Partido Comunista una corriente inagotable de fondos, las jerarquías burocráticas ya se habían depurado de los irreductibles y Walter Ulbricht pudo sentarse en el Reichstag desde 1928 a 1933. El antiguo obrero de la madera se había transformado en un hábil funcionario que sabia obedecer y cerrar la boca. En 1933 subió Hitler al poder. Un año antes Taelman, dirigente del stalinismo alemán había dicho: “Hitler no durara tres meses. Después de el subiremos nosotros”. Hitler duro doce años, el Partido Comunista fue decapitado y el proletariado alemán traicionado. Walter Ulbricht encontró el avión necesario para viajar a Moscú y hacer allí, bajo las cúpulas del Kreemlim, renovados ejercicios de obediencia. En 1945 regreso a una Alemania dividida. Le ordenaron dirigir el Secretariado del Partido Socialista Unido de Alemania Oriental (stalinista) y allí esta. No sabe que hacer hoy, ni sabe que hará mañana. Tiene la palanca en sus manos y el gobierno bajo su puño, Ulbricht solo espera órdenes. Es una ciencia indigente para hacer revoluciones.
Artículo publicado en el Diario El Laborista
Edición del 5 de Mayo de 1953 (Pág. 07)