ASIA MIRA HACIA MOSCÚ
El Fracaso del “Punto Cuarto de Truman” Alienta el “Plan Stalin”
Por Victor Almagro
EXCLUSIVO
PARIS.- La Conferencia económica de Moscú ha dejado preocupados a los occidentales. La prensa europea recoge, en todo caso las inquietudes norteamericanas; los sabios del Viejo Mundo saben generalizar los problemas de su banquero lejano. El punto de arranque fue dado por las declaraciones de Altaf Husain, miembro de la Delegación del Pakistán a dicha conferencia.
El señor Husain, director de un importante diario pakistanés, afirmó que Asia recibiría con alegría la puesta en práctica de un “Plan Stalin” para ese continente implicado en las promesas formuladas por algunos representantes del gobierno Soviético.
El conocido punto cuarto del Plan Truman refería a la necesidad de proporcionar ayuda técnica se financiera norteamericana a los país económicamente atrasados, era algo así como el caramelo de propaganda que acompañaba los textos de los proyectos bélicos. De acuerdo a los fondos votados por el Congreso norteamericano, dicho Plan Truman requeriría cinco o seis siglos para que los pueblos interesados pudieran ver algo de progreso. De acuerdo a las manifestaciones del presidente de la cámara de comercio soviética, que motivaron la declaración del Pakistán, el comercio de la URSS con Asia, África y América podría llegar a un valor medio anual de 15.000 millones de rublos y el estado soviético estaría dispuesto a colocar de inmediato órdenes de compra en los países asiáticos para materias primas, a cambio de equipos pesados que permitirían a estos países industrializarse rápidamente. La repercusión ha sido considerable. Pedidos soviéticos de caucho, algodón, yute, té, arroz, tabaco, etc., proporcionarían al Asia un importante estímulo económico, tanto más serio cuanto que en retribución se importarían de la Union Soviética maquinarias industriales para trabajos de irrigación, industrias siderúrgicas, petróleo y fábricas de productos químicos. La tentadora proposición es estudiada actualmente por todos los países asiáticos interesados, particularmente por aquellos que como Pakistán, Indonesia y la India no están bajo el control comunista. El fracaso del punto Cuarto de Truman otorga a este “Plan ‘Stalin para Asia”, aún en el plano de los proyectos, un peso notable.
La importancia puramente política de la proposición no puede ser desconocida. Hablando en general, los pueblos asiáticos sienten hacia los occidentales una desconfianza sobre cuyos orígenes podría hablar la historia colonial de 1os tres últimos siglos. Pese a las diferencias de régimen social que separan al Pakistán o la India de la URSS, el Plan económico “Stalin” ejerce una poderosa atracción sobre la imaginación de sus estadistas. En los casos en que Estados Unidos ha hecho llegar algunas migajas de ayuda técnicas, como por ejemplo a la india, la actitud asiática es regularmente la misma no se trata de recibir una ayuda sino de aceptar una restitución. En tal sentido pudo manifestar Husain: “Los daños causados a las naciones, asiáticas por los imperialistas y sus sistemas de explotación colonialista deben ser al, menos parcialmente reparados por el aflujo de bienes en sentido inverso”. Así como la época de la colonización rusa en Siberia y Asia central, se remonta al pasado, el papel de las naciones occidentales en Asia permanece en el presente. El líder de los “intocables” hindúes, doctor Ambedkar, ha dicho: “Lo qué es nuevo no es la miseria hindú; ella es vieja como los siglos. Lo nuevo es que el pueblo de la India comienza a volverse impaciente de su miseria”.
Un ejemplo se presenta a la consideración de los asiáticos y es China. En la última Feria realizada en Karachi, capital de Pakistán, la nación china, recién salida de una ruinosa guerra civil, presentó máquinas y útiles perfectos. La posibilidad de salir del atraso económico sin Occidente madura en el pensamiento de los dirigentes asiáticos.
Artículo publicado en el Diario Democracia
Edición del Viernes 10 de Octubre de 1952 (pág. 1)
