LA GUERRA ES INEVITABLE, DICE FECHTELER

Francia e Inglaterra son Responsables de los Disturbios en África

Por Victor Almagro

A pesar de que el informe que publicó “Le Monde”, atribuido al almirante Fechteler, fue tildado de apócrifo por el mismo diario en una resonante rectificación son muchas las personas especializadas en política internacional que insisten en sostener su autenticidad.  Nuestro colaborador comenta ese informe señalando su trascendencia.

IV

EXCLUSIVO

PARIS.- El almirante Fechteler (o sus asesores) dispone de una sinceridad y una penetración políticas que el público asombrado debe agradecerle.  Su lenguaje, pleno de ferocidad objetiva, llama a las cosas por su nombre.  No puede extrañar, pues, la violencia indignada de sus desmentidos posteriores a la publicación del documento por “Le Monde”.  Las divergencias entre Estados Unidos y Gran Bretaña, lo mismo que con el resto de sus aliados, saltan a la vista y resultan más patéticas frente al programa de rearme que la potencia norteamericana a impuesto ha Europa Occidental, desordenando su economía. Al referirse a las bases del África del Norte como a la única solución estratégica en el caso de una derrota inmediata de las naciones europeas frente al ejército soviético, Fechteler alude al “deseo de Gran Bretaña de obtener el uso exclusivo de esta vía de comunicación”, como un ejemplo de “ambición”. Pasa por alto la voluntad norteamericana de ganar para sí el control de esta zona.  Al mismo tiempo arroja sobre Francia y Gran Bretaña toda la responsabilidad de los disturbios del norte de África.  Esta inesperada simpatía por las causas de los pueblos coloniales será explicada más adelante en relación con el dominio yanqui del petróleo y las comunicaciones del Próximo Oriente.

En esta parte de su informe, el almirante Fechteler se extiende sobre las ventajas militares sobre la posesión del África del Norte y de los países vecinos al Mediterráneo oriental.  La utilización de las fuerzas aéreas, de las flotas y los submarinos, las facilidades de abastecimientos, etc., llevan al informe a la conclusión de que el control de la escena mediterránea es esencial para la seguridad de Estados Unidos.

Como vemos a la manera de un proceso gangrenoso, la “seguridad” de Estados Unidos se extiende por todas las latitudes de un modo simétrico a la desaparición de la seguridad de los países afectados.

Al llegar a este punto, el almirante se refiere al nacionalismo árabe y a su eventual utilización por Estados Unidos.  Fechteler considera que la religión musulmana constituye un vínculo de unión entre todos los estados árabes y que los árabes son una raza de combatientes que, convenientemente entrenados y equipados “representarían un refuerzo apreciable para las fuerzas armadas, cuyo fin es la derrota del agresor”.  “Si la fuerzas árabes fueran utilizadas temporariamente para “sostener” África del Norte y el Próximo Oriente, estas podrían mantener esta zona libre, permitiendo así al grueso de las fuerzas armadas, poner el pie estratégicamente”.

El almirante agrega que en una guerra eventual “seria necesario lanzar a Turquía contra el Cáucaso y Bulgaria, a Grecia contra Bulgaria, a Yugoslavia contra Bulgaria y Hungría.  Gracias a la superioridad norteamericana en el Mediterráneo seria extremadamente fácil abastecer y sostener estas operaciones”. El informante añade: “Felizmente los árabes no son partidarios de la ideología comunista… Han declarado estar dispuestos a unirse a Estados Unidos en la lucha por la democracia, la libertad y la paz… Hoy, con una actitud típicamente oriental, los árabes piden los imposibles porque se saben colocados en una posición estratégica muy importante para las grandes potencias”.  Fechteler considera que la Confederación de Estados Árabes seria un gran peso en las decisiones militares contra un agresor eventual.  Pide concesiones de Gran Bretaña y Francia hacia los Estados Árabes, para poder utilizarlos en su plan de guerra. ¿Se trata de forjar una gigantesca estafa Lawrence, “made in USA”? Pero si Lawrence y el estado británico tuvieron éxito en la primera guerra mundial, no es posible olvidar que sólo unificaron a las tribus nómades del desierto, es decir, al sector más atrasado de los pueblos árabes.  Nadie puede vaticinar si Estados Unidos dispondrá de un nuevo Lawrence y los árabes de un nuevo Feysal, dispuesto a la credulidad.  Lo cierto es que en la política y en el destino de los pueblos árabes de hoy no juegan ya las tribus beduinas, sino las masas trabajadoras conscientes de El Cairo y Alejandría, de Túnez y Algeria.  De dos fuerzas sociales diferentes no puede inferirse la misma conclusión.

Artículo publicado en el Diario Democracia

Edición del Viernes 6 de Junio de 1952 Pág. 1

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